La universidad como vía académica para el éxito laboral ha sido uno de los mantras más repetidos entre las nuevas generaciones de españoles en los últimos años, planteándose casi como una posibilidad única -económica y social- que permitía que dichas generaciones pudieran obtener trabajos de mayor cualificación. Sin embargo, parece que esta tendencia está cambiando.

Los grados universitarios ya no son la alternativa 'única' para los jóvenes, ni tampoco para las empresas que contratan. Prueba de ello es el aumento del número de alumnos que eligen los estudios de Formación Profesional (FP), así como su empleabilidad, cuya tasa en su conjunto ya supera el 60%. Así lo expone un informe publicado por la Fundación Universidad San Pablo CEU y Randstad, en base a la Encuesta sobre la situación laboral de los Titulados en Ciclos Formativos de Grado Medio y Superior del curso 2013-2014.

En concreto, se trata de un análisis a partir de la encuesta que realizó el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2019, un año después de que estos estudiantes terminaran su formación en estos ciclos. Eso sí, estos datos han podido variar teniendo en cuenta hitos históricos tan importantes como la pandemia del Covid-19 o la situación geopolítica mundial, marcada por las guerras y sus crisis derivadas.

Tasas de empleo por edad y por nivel formativo

Según se constata en el mencionado informe, los titulados en un grado medio de FP presentan una tasa de empleo del 74,6%, frente al 63,3% que representan todas las personas en edad de trabajar que hay en España, es decir, todas aquellas de entre 15 y 65 años. No obstante, el margen entre ambos porcentajes se estrecha si se compara la tasa de empleo en esos grados medios con la de la población de entre 25 a 29 años, etapa en la que es más común realizar estos estudios. Aun así, la diferencia es notable.

La tasa de empleo en los grados medios es más alta que en los superiores en áreas relativas a la Sanidad, Agraria y Edificación y Obra Civil

Mientras que los jóvenes de entre 25 y 29 años titulados en grados medios presentan una tasa de empleo de un 72,7%, el resto de personas en esta franja etaria -independientemente de su tipo de estudio- es del 67,7%, una diferencia de cinco puntos que aumenta a 14,3 si se compara con aquellos jóvenes con un nivel educativo menor. Las tasas de paro de estos dos grupos (según edad y según nivel de estudios) presentan también una diferencia similar.

Esta brecha, sin embargo, puede ensancharse más al observar los datos de los titulados en formaciones profesionales superiores de entre 30 y 34 años. Frente al 67,2% de tasa de empleo que presentan las personas en esta franja de edad con una baja cualificación, se sitúa la de estos titulados hasta un 82%. Diferencia que se repite en términos de paro: un 20,3% respecto a un 10,1%.

Eso sí, existen cualificaciones en las que la empleabilidad de los grados medios es algo más alta que en los superiores. Se trata de aquellos que se forman en las áreas de la Sanidad, Agraria y Edificación y Obra Civil. No obstante, estas diferencias no son muy significativas ni están por encima de los casi cinco puntos que separan la empleabilidad promedia de los medios y los superiores, siendo la mayor de los últimos.

Una brecha eterna

El estudio expone que la brecha de género en términos de empleabilidad según el grado de estudio se mantiene. Mientras que los hombres titulados en un grado medio y superior presentan tasas de empleo del 77,5% y el 82%, respectivamente, los indicadores relativos a las mujeres son un 6 y un 4,9% inferiores.

Asimismo, estas tasas de empleo también varían si se atiende a las distintas regiones del país. Ceuta es el territorio donde los graduados en FP medios cuentan con una tasa de empleo inferior, un 64,6%. A la cabeza se sitúa el País Vasco, con unos niveles de empleabilidad situados en el 85,7%. Por encima de Ceuta, pero por debajo de la media nacional, se encuentran la Región de Murcia, Andalucía, Comunitat Valenciana, Extremadura, Melilla, Canarias y Galicia.

En el caso de los titulados en FP superiores se dan unos datos similares al anterior ranking. Eso sí, en este caso, Cataluña arrebata el primer puesto al País Vasco, mientras que Ceuta se mantiene como la peor.

En cambio, las diferencias en términos de empleabilidad desaparecen si se observa el tipo de centro. La tasa de empleo entre los estudiantes de formación profesional es prácticamente la misma entre aquellos que la cursan en centros privados que los que lo hacen en públicos.