El mantra de que España es un país de propietarios ha corrido peligro en los últimos años en los que se ha repetido la idea de que las nuevas generaciones preferían vivir de alquiler. Millenials, Generación Z... Parece que eso de poner etiqueta a los jóvenes traía consigo una ruptura cultural: modernos, sin ataduras, ni hipotecas, ni coche siquiera quieren.
¿Seguro?
Más bien simplemente la situación no les ha permitido comprar. Pero no, los jóvenes españoles siguen queriendo ser propietarios. La cultura inmobiliaria española no está en peligro. Solo estaba en barbecho.
Según un estudio del portal inmobiliario Fotocasa sobre los jóvenes y el mercado de la vivienda en 2021, el 70% de los jóvenes quieren ser propietarios en un plazo de cinco años, pero tienen un gran problema: el precio de la vivienda. El 62% de los que han intentado alquilar o comprar aseguran que los precios no encajan con su presupuesto. Además, la pandemia ha agravado las circunstancias y son un 52% los que siguen de alquiler porque su situación económica "le impide comprar una vivienda", dos puntos más que en 2019. Solo un 17% considera que comprar "no entra" en sus planes.
"La preferencia por parte del colectivo de jóvenes es siempre favorable a la compra, pero no hay ahorro, hay cierta precariedad laboral, paro elevado...", apunta Leyre López, de la Asociación Hipotecaria Española. Pero, además, explica, desde 2019 el acceso al crédito es más exigente, ya que desde la reforma de Ley Hipotecaria se obliga a hacer un test de solvencia: "Es probable que haya repercutido en el acceso a la vivienda en propiedad, sobre todo en el acceso de jóvenes más precarios". Como apuntaba López, hay una serie de factores de corte económica que han determinado en años anteriores la compra de vivienda de los jóvenes.
Los precios de la vivienda
"Decidimos comprar, pero no lo hemos hecho hasta ahora porque las condiciones del mercado están muy complicadas". Mayte (Madrid, 34 años), intentó comprar un piso con su pareja (de 37) hace seis años, cuando comenzaron a tener una situación laboral estable. Entonces no contaban con la inversión necesaria para la entrada, el 30% de una vivienda de 140.000 euros. Pero ahora tienen otra barrera: "Ahora que tenemos ahorros, los precios están súper inflados".
Lo dice porque han seguido oteando el mercado en la zona donde intentaron comprar, y un piso de las mismas características, asegura, está en más de 200.000 euros.
Aunque en los últimos meses la subida de la vivienda se ha moderado, el problema es que los salarios no han acompañado la subida de precio de la vivienda. De hecho, según un cálculo que ofrece el Banco de España, en 2021 se necesitaban 7,6 años para pagar una vivienda, el doble que hace 25 años. Los jóvenes quisieron comprar en esos años lo tuvieron más fácil. Tras la burbuja inmobiliaria, que encareció casi el triple esta ratio, volvieron a caer los precios, pero nunca se llegó al equilibrio anterior, como muestra la siguiente gráfica. En los últimos años la capacidad de compra ha estado al nivel de los de la burbuja de los 2000.
El paro juvenil
"A muchos amigos les gustaría comprarse una vivienda pero por su situación, trabajo, sueldo o poco ahorro les resulta imposible". Laura (Córdoba, 30 años), ha conseguido ahorrar por fin lo necesario como para poder permitirse la entrada de una vivienda: "Si lo hubiese tenido antes, me lo hubiese planteado antes".
El paro juvenil ha sido una de las grandes lacras de la economía española desde la crisis de 2008 y la recuperación está siendo lenta. Ningún tramo de edad, sean jóvenes o mayores, ha conseguido bajar a niveles anteriores a la crisis, como vemos a continuación. Con estos datos, los más jóvenes, tuvieron que retrasar sí o sí la compra de vivienda.
La temporalidad
"Dicen que somos la generación nini, pero es porque ni trabajo ni estabilidad". Desde que salió de casa con 18 años para estudiar, Míriam (Granada, 30 años) ha pasado por varias ciudades, siempre viviendo de alquiler. Ahora, acaba de aprobar una oposición, y por fin tendrá la estabilidad que necesitaba: "Siempre he querido comprar un piso, pero nunca me he sentido lo suficientemente estable como para hacerlo".
Porque entre los que sí tenían trabajo, ha reinado la temporalidad. Según el informe del Injuve 'Juventud en España 2020', en 2020 el 40% de los empleados jóvenes tenía un contrato de carácter temporal. Además, el 37% quería trabajar más horas de las que trabajaba.
Y dentro de la temporalidad, buena parte tiene contratos de muy breve duración. En el primer trimestre de 2021, un tercio de los jóvenes de entre 15 y 29 años tenían un contrato de 6 meses o menos. Un dato que ha mejorado en los últimos tres años, y que se prevé que se redirá aún más tras la aprobación de la reforma laboral, pero que ha estado durante 13 años por encima del 35%.
Y todo ello, con el crédito barato
"Es verdad que el acceso al crédito es muy barato, pero una cosa es que el dato macro sea propicio y otra cosa es quién pueda acceder al crédito hipotecario". Héctor Simón, director de la Cátedra UNESCO de Vivienda de la Universitat Rovira i Virgili, introduce este matiz cuando hablamos sobre sies buen momento para adquirir una vivienda.
Se supone, según explican los expertos, que en los últimos años ha habido un escenario propicio para la compra. Pero eso no ha compensado los otros condicionantes.
La era de los bajos tipos de interés (que empezó con la crisis de 2008), en especial el Euríbor, referencia para las hipotecas y que está en negativo desde 2016, han permitido que la contratación de hipotecas haya sido más barata. Aunque compensara en parte los altos precios, no ha sido la panacea, pues el joven que se disponga a comprar se encontrará con que es necesario adelantar al menos un 20% de la vivienda, lo que supone un importante desembolso que no todos han conseguido ahorrar.
¿El resultado? Que somos de los más tardíos en Europa en comprar vivienda. La edad media del comprador de primera vivienda en España es de 41 años, diez años más tarde que nuestros vecinos franceses. Es lo que dice el informe 'European Residential: On the Rise' de la consultora inmobiliaria Colliers.
41 años. España, un país que sigue siendo de propietarios. Pero maduritos.
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