El PSOE empieza a marcar el paso a un gobierno en minoría, la última exigencia, subir el salario mínimo, ya se ha pactado. "Es fundamental para el PSOE que los trabajadores recuperen poder adquisitivo y que el salario mínimo suba un 8%. Nuestro objetivo es que este año ya los trabajadores lo puedan sentir", explica Antonio Hernando, portavoz del PSOE en el Congreso.
Serán 52 euros más al mes en el bolsillo y ha sido uno de los requisitos para que los socialistas no bloqueen el objetivo de déficit. El Partido Popular ya daba por hecho que se haría. "Hay una importante reunión entre la ministra de Empleo y los agentes sociales, dentro del diálogo confío en que podamos alcanzar un acuerdo", aseguraba Rafael Hernando, portavoz popular en el Congreso.
Entre PP y PSOE se ha cocinado el primer pacto económico de la legislatura, en el que Ciudadanos también quiere poner ingredientes. "Estamos negociando con el Gobierno para ver si caben las medidas de Ciudadanos en el acuerdo. Si caben las medidas, podremos aprobar el techo de gasto y si no, no lo apoyaremos", advierte el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera.
Unas medidas, que no son otras que las que pactaron con el populares para la investidura, pero que se están resistiendo. Según Toni Roldán, portavoz de Economía de Ciudadanos, "hay muchísimo que se puede hacer para reducir duplicidades y espaciopara perseguir a los defraudadores, esa es la prioridad de Ciudadanos".
Podemos, que ya propuso la subida del salario mínimo, acusa al PSOE de tener que seguir justificando su dolorosa abstención. Para Íñigo Errejón, portavoz de Podemos en el Congreso, "es una excusa para aprobar el techo de gasto a un Gobierno que chantajea a sus socios o a sus rehenes de investidura".
Además del salario mínimo, otra de las condiciones pactadas entre socialistas y populares ha sido más dinero para las comunidades autónomas. "Para gastar en sanidad, educación, servicios sociales y servicios públicos", asegura el portavoz socialista. A cambio, el PSOE dejará que el PP apruebe sin problemas el objetivo de déficit y la subida de impuestos.
Según 'The Economist'
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