Para Banco Popular encontrar una solución viable es cada vez más complicado. "Es un poco ingenuo pensar que el banco tiene solución a partir de una ampliación de capital. Otra posible solución sería la compra por parte de otra entidad financiera", ha asegurado María Cadaval, profesora de Economía Aplicada USC.

Pero de momento, no hay comprador. La entidad, que esperaba ofertas hasta el 10 de junio, ha ampliado el período de escucha hasta el 30.

Pero si no aparece el caballero blanco, Popular tendrá que emprender un autorrescate en el que primero se tiraría de los fondos propios. Si no son suficientes, además de los accionistas podrían verse afectados los bonistas, los propietarios de deuda y hasta los depositantes.

"Tienen que preocuparse si la cantidad es superior a 100.000 euros porque no está cubierta por el fondo de garantía de depósito" ha explicado Javier Flores, responsable de Estudios y Análisis de ASINVER.

El Gobierno ya ha descartado una posible inyección de dinero público. "Por supuesto que el Gobierno no tiene ninguna previsión de inyectar recursos públicos", ha asegurado Guindos, ministro de Economía.

Y si el banco sigue perdiendo el interés de los inversores, sólo quedará estrenar el mecanismo único de resolución europeo, que podría suponer su liquidación. Antes de eso, el desplome en bolsa continúa.

"Por defecto, al mercado hay que dejarle seguir funcionando", ha dicho Sebastián Albella, presidente de la CNMV.

La cúpula del Popular defenderá ante el Banco Central Europeo la necesidad de insistir en la venta.