A golpe de tuit, el fundador de Tesla mueve los mercados a su antojo. No divide las aguas ni camina sobre ellas, pero con 280 caracteres es capaz de alterar precios, compras y ventas lo suficiente para satisfacer sus intereses. Aunque eso suponga hacer perder millones a los inversores y reventar el mercado de las criptomonedas.

Un vídeo viral resume a la perfección la situación: Elon Musk subido a una bola de demolición. Su cara sustituyendo a la de Miley Cyrus en el hit con el que la estrella Disney se desembarazó de su pasado infantil. Y en la bola, la imagen del meme que ha hecho temblar el mercado de las criptomonedas: un perro de la raza Shiba Inu con una curiosa expresión.

Pero vayamos paso a paso. El propietario de Tesla, la compañía que fabrica coches eléctricos, ha marcado el devenir del activo que aspiraba a convertirse en la moneda del futuro: el bitcoin. Una moneda digital basada en la tecnología blockchain, donde no existe un Banco Central que regule la moneda y su seguridad se basa en su diseño, que impide la copia o la falsificación al estar todos los datos asegurados en numerosos discos duros de todo el mundo.

Desde su creación en 2008 ha pasado a ser el objeto de interés de los inversores. No solo aquellos más idealistas que confían en un mundo sin dinero o que ven al bitcoin como la moneda de cambio de ese futuro; sino también de los halcones que vieron una oportunidad para sacar tajada.

Hace apenas unas semanas el bitcoin marcó su máximo, algo más de 63.000 dólares por cada unidad de esta criptomoneda. El rápido ascenso vino de la mano del fundador de Tesla, quien a principios de año se hizo con 1.500 millones de dólares de la moneda. "Creo que Bitcoin es algo bueno y lo apoyo completamente", explicó entonces.

La semana pasada el bitcoin marcó su mínimo anual después de varios meses de desmesurada tendencia alcista y apenas unas semanas después de su máximo, unos asequibles 30.000 dólares por moneda. Y, entre medias, de nuevo Musk, en su bola de demolición: lanzó un comunicado a través de su cuenta de Twitter en el que anunciaba el fin de relaciones –pero no de sus inversiones- con Bitcoin.

La red Bitcoin consume más que Países Bajos

¿La razón que desencadenó el peor mes en diez años para la criptodivisa? El abultado consumo energético que requiere el 'minado' –producción- de esta moneda.

Mantener en marcha la red de minado de Bitcoin supone, al año, unos 123,77 TWh (teravatios hora) al año, por encima de naciones como Pakistán o Países Bajos y muy cerca de Suecia. En el gráfico bajo estas líneas se puede ver cómo ha evolucionado el consumo en los últimos años: desde el máximo en las estimaciones previsto a su mínimo.

"Tesla ha suspendido la compra de vehículos con bitcoin. Nos preocupa el veloz incremento del consumo de combustibles fósiles para el minado de Bitcoin o sus transacciones, especialmente de carbón, que es el que más emite", explicó Musk en un comunicado. "Tesla no venderá sus bitcoin y tenemos la intención de usarlo para transacciones tan pronto como el minado utilice energías más sostenibles", señaló.

La estocada fue importante, pero entonces llegó una decisión de China: la prohibición del uso de criptomonedas en el negocio financiero. Y aquí se produjo el desplome.

El Bitcoin necesitaba un "respiro"

"Una de las lecciones que aprendimos en los años 2017 y 2018, cuando también se produjeron fuertes aumentos de precio del bitcoin y posteriores caídas, es que este es un activo del que estamos descubriendo su utilidad", explica a laSexta Javier Molina, el portavoz en España de eToro, una compañía especializada en operaciones de criptomoneda.

Pero, para el representante de la firma de 'trading', pese al bombo de las decisiones de Musk, se trata de "un mercado que llevaba subiendo desde los 7.000 u 8.000 dólares sin apenas pararse" y que ahora mismo necesitaba "un respiro" y estabilizarse.

La consultora de Análisis Económico y Mercados de AFI, Nereida González, subraya la cautela con respecto a los mensajes que publica el magnate: "Son declaraciones dentro del sector que tienen sesgos y opiniones. Hace unas semanas dijo que Dogecoin era un timo y ahora lo defiende".

Dogecoin: una broma muy en serio

Porque otra de las patas de esta historia es un meme, una broma elevada a los altares de los mercados financieros: el Dogecoin, una criptomoneda que ha adquirido relevancia en los últimos meses pero que fue creada en 2013 como un chiste. Después adquirió relevancia como forma de dar propina a creadores de contenido en redes sociales, pero su valor nunca ha sido demasiado relevante. Valía tres centavos a principios del año y ahora es diez veces más.

Sin embargo, se ha convertido en la estrella del mercado (en popularidad, no en cuantía) gracias también al apoyo twittero del fundador de Tesla, que vio en Doge una alternativa más 'limpia' que el bitcoin.

Pero no es oro todo lo que reluce, aunque sea un perrete simpático: "Doge no tiene ninguna utilidad, no tiene desarrolladores que se preocupan por mejorar y escalar el producto. Simplemente han caído bien, es una moda", zanja Molina.

¿Cuál es el valor del Bitcoin?

La pregunta del millón es si el bitcoin realmente vale lo que vale o se trata de una burbuja, a la vista de la volatilidad que ha demostrado.

"Ponerle un valor como a una acción es imposible. Se basa en la expectativa de que puede llegar a ser la divisa del futuro", explica González, lo que evidencia las "elevadísimas" dificultades a las que se enfrenta.

Una de las características de estas criptomonedas, además de estar descentralizadas, es que no tienen un valor detrás: cuestan lo que el mercado decide con la oferta y la demanda.

Y la irrupción de Musk disparó las compras, aumentando su valor: "El inversor minorista ha llegado al final, diría que en este año. Toda la subida que vimos el año pasado estuvo exenta de tanto inversor especulador", señala Molina.

La intervención del excéntrico magnate parece haber tenido algo que ver con la llegada de entusiastas a ambas monedas. La Comisión de Mercados y Valores estadounidense (SEC, por sus siglas en inglés) ya investiga si sus mensajes en la red social suponen una distorsión del mercado de divisas. Pero, hasta que concluyan algo, hace y deshace a golpe de tweet.