La subida del euríbor, que cerró el pasado mes de junio en el 0,852%, está afectando a las personas que tienen contratada una hipoteca a tipo variable, ya que están viendo cómo en la revisión (anual o semestral) de sus cuotas, estas suben de forma considerable. Llegando en algunos casos hasta los 190 euros al mes o, lo que es lo mismo, más de 2.000 euros al año si la cuantía de la hipoteca es de 300.000 euros o mayor.

Un encarecimiento de las hipotecas que parece no tener fin, al menos a corto plazo, ya que los economistas prevén que el euríbor puede alcanzar pronto niveles superiores al 1% e, incluso, llegar al 2%.

"En momentos de subida de tipos como el actual, las hipotecas fijas dan más seguridad; al contrario de lo que pasa en una situación con tipos a la baja o estables, cuando son más convenientes las hipotecas variables", explica Antonio Gallardo, asesor hipotecario en iAhorro. Aunque, matiza, "los que hayan contratado hipotecas fijas hace diez años están ganando ahora en seguridad, aunque habrán pagado sobrecostes con respecto a las variables".

¿A qué hipotecas afecta más la subida del euríbor?

La subida del índice de referencia de las hipotecas variables afecta a todos aquellos que tengan contratada una hipoteca variable, aunque no de la misma manera. "Hay dos grandes grupos que ven subir más las cuotas de sus hipotecas: los que firmaron el préstamo recientemente porque apenas habrán amortizado capital, y los que se hipotecaron tras la burbuja de 2008-2010, sobre todo entre los años 2012 y 2014, porque pagaron intereses mucho más elevados", afirma Gallardo.

Lo contrario ha pasado con los hipotecados durante la época 'posburbuja', cuando el euríbor se encontraba por debajo ya del 1%, pero las ofertas de los bancos eran más duras. Concretamente, los hipotecados en los años 2013 y 2014 son los que más perjudicados se ven ahora con la subida del euríbor, ya que contrataron hipotecas a un diferencial cercano al 3% al que ahora hay que sumarle un euríbor que no para de subir.

Estos clientes 'posburbuja', que firmaron su hipoteca entre el año 2012 y 2017, son a los que más les beneficiaría cambiarla de variable a fija, detalla Gallardo, puesto que "tienen más fácil el cambio porque ya han amortizado una parte importante de capital y, además, también pueden conseguir fácilmente hipotecas más baratas dado que las contrataron con diferenciales muy elevados".

¿Merece la pena cambiar la hipoteca variable a tipo fijo?

El economista Alejandro Inurrieta detalla todas las claves en el siguiente vídeo, dejando claro que los consumidores "no tienen que hacer caso a lo que diga el banco". Las entidades bancarias siempre van a "interpretar en contra de sus intereses".

"Tienen que asesorarse bien", insiste. Recuerda Inurrieta que "los bancos no pueden interferir, no pueden negar este cambio de hipoteca. Está regulado por ley, si uno demanda ese cambio no se pueden negar".

¿Cómo cambiar una hipoteca de variable a fija?

Para cambiar una hipoteca de tipo variable a tipo fijo se puede hacer de tres formas:

- Solicitando una novación: cambiando las condiciones dentro del mismo banco.

- Pidiendo una subrogación: cambiando la hipoteca de un banco a otro banco que dé mejores condiciones.

- Solicitando una cancelación: en este caso, el proceso sería similar al anterior, cambiando la hipoteca de un banco a otro.