Menuda prueba dura fue el GP de la India para los pilotos de MotoGP. Si Jorge Martín terminó de rodillas, sin poder ponerse de pie y completamente deshidratado, ahora es Pol Espargaró quien ha revelado el tremendo sufrimiento que soportó en la exigente, a nivel físico, pista de Buddh.
En una pista en la que se alcanzaron los 35 grados con más del 60% de humedad. Con un asfalto que superaba los 45, y además con una contaminación que no es precisamente baja en la zona.
Por ello, aunque ni en cuanto a temperatura ni en lo relacionado con la humedad se llegó a las cotas de Jerez 2020 o de Sepang, las condiciones de Buddh fueron extremas. Muy, muy extremas.
"Me sorprendió..."
Y, claro está, Pol Espargaró lo notó. Lo notó mucho, más sabiendo que todavía no está en las mejores condiciones después de necesitar varios meses para recuperarse de no pocas fracturas por su fuerte accidente en Portimao.
Su corazón se puso a, ojo, 198 pulsaciones por minuto. Una tremenda salvajada. Algo que, afortunadamente, ha confesado que nunca le había pasado antes.
"Nunca había llegado a eso. Me sorprendió. No llego a esos baremos ni en mi casa cuando entreno en bicicleta. Esta carrera es muy extrema", afirma.
Y reconoce, además, que tuvo que bajar su ritmo: "Perdí mucho por sentirme muy débil a nivel físico".
"Quizá medio segundo por vuelta, pero de no haber aflojado no acabo la carrera", sentencia.