Kimi Raikkonen se lo pasó en grande en la gala de la FIA. El finlandés se llevó todas las miradas: fumó, bebió, se saltó el protocolo para subir al escenario... Mientras, la cara de su mujer fue un poema y resumió a la perfección una noche descontrolada de Kimi.

El piloto tampoco dejó en paz a Vettel mientras hablaba con otros comensales y se coló en plena conversación del alemán con un puro entre las manos. Sin duda, el Raikkonen más irreconocible que la lío en la gala de la FIA.