Cada vez está más claro quién es el número 1 de Ferrari. Quién es el ojito derecho de la 'Scuderia'. Quién es el auténtico líder de los de Maranello. Sí, mirando a la clasificación del Mundial no debería ser así, pero la apuesta de los italianos por Charles Leclerc en vez de por Carlos Sainz se hizo más que evidente en el Gran Premio de Hungría.

Desde el principio hasta el final. Desde un desenlace en el que Sainz se quedó a 0,7 de un monegasco sancionado tras la decisión, polémica decisión, de Ferrari. Porque los transalpinos decidieron. Decidieron dar ventaja al piloto que, de los dos, estaba peor posicionado en Hungaroring.

Con Sainz por delante de Charles, Ferrari mandó a boxes a Leclerc para, exactamente, lanzar un 'undercut'. Para que Leclerc, tras las paradas finales de uno y de otro, ganase la posición a Carlos. Y sí, eso es lo que sucedió.

Exceso de velocidad... y sanción

Iba tan encendido el monegasco que se olvidó de la limitación de velocidad en boxes. Se llevó una penalización de 5 segundos, lo que lastró el resultado de un equipo Ferrari que anteriormente se la lio a Leclerc en su primera parada en el pit lane.

Pero ya le había dado ventaja. Porque al comienzo de la prueba, con Carlos Sainz con gomas blandas, evitaron que el madrileño rodara por delante del monegasco. Salía undécimo, pero antes de tres curvas estaba ya tras Leclerc.

Con mejores gomas. Con unas para atacar. Para ser agresivo. Pero no. No pudo. No le dejaron. Y como no le dejaron Sainz no tuvo más remedio que aflojar para no destrozar sus ruedas.

Extrañas decisiones las de Ferrari, al menos extrañas si se piensa en el bien del equipo. En Hungría, los dos terminaron por detrás de los dos Mercedes... y a saber si habría sido igual de haber tomado otro camino. De haber priorizado a Carlos Sainz en vez de a Charles Leclerc.