Cada día que pasa aparece una nueva información en el equipo Red Bull. Y todas ellas conducen al caos. El caso Christian Horner ha destapado muchas tensiones en la escudería de la Fórmula 1. Ahora el diario 'Bild' ha desvelado un nuevo episodio.

Según ha informado el medio alemán, el accionista mayoritario de Red Bull, la familia tailandesa Yoovidhya, habría enviado un espía a la fábrica para que vigilara muy de cerca los movimientos de Christian Horner, jefe del equipo de la F1.

Horner fue acusado por parte de una trabajadora y Red Bull decidió archivar el caso tras una investigación interna. Pero parece que el máximo accionista no se fiaba demasiado del jefe de Max Verstappen y Sergio Pérez.

Ese supuesto espía estuvo en la fábrica Milton Keynes durante varios días siguiendo muy de cerca a Horner y a sus personas de mayor confianza.

La familia tailandesa posee un 51% de las acciones de Red Bull Fórmula 1. Y no se quieren quedar ahí porque su intención es aumentar el accionariado. Todo ello en medio de un auténtico terremoto que podría terminar con la salida de Max a otro equipo de la parrilla.

El futuro de Max

En estos últimos días mucho se ha hablado de la situación de Verstappen. Incluso se ha hablado de la posibilidad de que el neerlandés pueda ser una opción para Aston Martin de cara al futuro. También, claro, en el asiento de Mercedes que dejará libre en 2025 Lewis Hamilton.