La emoción de un padre al ver los éxitos de su hijo. Pocas sensaciones hay parecidas a esa, que se lo digan a Carlos Sainz. Ha visto a su hijo Carlos subir al podio del GP de Brasil, un hito histórico que es fruto del trabajo.

"Estamos muy contentos. Con 25 años ha dado un paso adelante en madurez durante la temporada, la manera de entender las carreras, el pilotaje...", analiza Sainz.

Un éxito que para su padre es lógico, ya que es fruto del trabajo. "Cuando uno trabaja, siempre se ven los resultados", elogia Sainz.

"Alonso era su ídolo, con 8 años fue a verle a Montmeló y ahó empezó todo", recuerda Sainz sobre los inicios de su hijo. Un piloto que ahora escribe sus propias páginas en la historia del motor en España.