Cómo se suele decir, las carreras son los domingos. Los sábados cuentan, pero cuando realmente uno pasa a la historia y se va feliz después de un Gran Premio es cuando se reparten los puntos. Es cuando llega la hora de conocer la posición final tras vueltas y vuelta sobre el asfalto. Carlos Sainz vio la oscuridad en la clasificación de Brasil, y luego brilló en una carrera que supuso el primer podio de McLaren desde 2014.

Y salía último. Último y además con cambio de motor con el riesgo que ello conlleva. Porque tener uno nuevo puede ser bueno por la frescura que tiene dicha unidad de potencia... y también malo por si al final falla ante la falta de kilómetros en cuanto se le exige levemente. Carlos Sainz, por suerte, pudo dedicarse a conducir.

A conducir y a deleitar al público que estaba en las gradas. Porque aunque esta vez la realización permitió ver sus grandes jugadas como el bestial adelantamiento a Sergio Pérez, de repente y sin darnos apenas cuenta ya estaba entre los diez primeros. Y de nuevo, sin darnos cuenta, ya estaba sexto.

De repente, quinto, defendiendo posición con un experto Kimi Raikkonen que recordemos carga un corazón Ferrari en su Alfa Romeo. A pesar de eso, Carlos supo leer las maniobras del finlandés, cerró puertas que ni tan siquiera había y mantuvo la plaza a la espera de algo por arriba para que llegara el milagro.

Cosa que terminó por llegar. Lewis Hamilton perdió la paciencia con Alexander Albon y en una curva se llevó por delante al tailandés. Le dejó sin podio, podio que en un primer momento tuvo y que terminó por perder tras la sanción de dirección de carrera. Antes de eso, Sainz era cuarto... tras eso logró esa preciada medalla de bronce que tanto querían colgarse tanto él como McLaren.

Porque es bien merecida. Primero por lo realizado en Brasil, con una mitológica carrera de un bestial Carlos Sainz. Segundo, por el madrileño, porque se lo merecía y lo tuvo en su mano en carreras como en Alemania. Y tercero porque mucho han sufrido en McLaren años atrás y se tienen ganada una fiesta. Desde Button y Magnussen en 2014 no se subían a un podio... con Sainz han vuelto a uno.

Todo está pendiente eso sí de una investigación a varios coches por haber abierto DRS con bandera amarilla. McLaren ha enviado todo documento posible que acredita, según ellos, que Carlos Sainz está libre de toda sospecha.