El Sevilla ha demostrado ser un ejemplo en el campo tras ganar su sexta Europa League y su afición, en la celebración, lo ha sido fuera de él. Alejados de las imágenes vergonzantes de las aficiones de Cádiz, Sabadell y PSG, entre otras, la hispalense festejó su nuevo logro respetando las recomendaciones sanitarias en estos duros tiempos de coronavirus.
Tras ganar por 3-2 al Inter de Milán, y después de ver un partido en el que sí se pasaron por alto las mascarillas y la distancia de seguridad, tras el mismo no salieron a las calles.
No hubo festejos masivos ni aglomeraciones. No se concentraron miles de personas cantando y bailando, como sí pasó cuando el Sevilla ganó la quinta Europa League.
Las calles, prácticamente vacías, con un dispositivo de seguridad que se planteó haciendo especial enfoque en los aledaños del Ramón Sánchez-Pizjuán, estadio sevillista.
Alguna que otra vez tuvieron que intervenir para dispersar a pequeños grupos que llegaban a Puerta Jerez, pero nada grave en una noche que transcurrió tranquila y que nada tuvo que ver con lo vivido en París.
Porque la clasificación del PSG para la final derivó a la concentración masiva de miles de personas en las calles de la capital francesa para celebrar ya no un título, sino simplemente que están a un partido de ganar la Champions.
Y por supuesto, nada que ver tampoco con la celebración del ascenso del Cádiz, que hizo intervenir hasta a Fernando Simón.
"No es necesario que se junten 500 personas para celebrar un ascenso", dijo en su momento.
No habrá rúa por las calles de Sevilla en autobús descapotable, y la fiesta que se vivirá en el Pizjuán será completamente privada.
Toda precaución es poca para evitar más rebrotes y contagios en España, que vive con preocupación cómo aumentan los casos positivos de COVID-19 en las últimas semanas.
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