Un vendedor ambulante y un turista fueron objeto de la desagradable broma de unos aficionados del Liverpool. Se ríen, sobre todo, de un turista con rasgos orientales.

No se conforman con verle empapado, un hombre busca cómplices. Podría haber sido más grave, casi se da con la cabeza en el bordillo.

Dos bromas pesadas, que bien resumen, el vandalismo de los radicales del Liverpool.

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