Son afines al mismo equipo pero no se pueden ni ver. De hecho, se han intentado matar entre ellos durante la tarde del martes, cuando estos dos grupos de ultras de Independiente de Avellaneda han protagonizado un tiroteo cerca del estadio.
Tras el anuncio de gobierno argentino de la reincorporación de los aficionados a los estadios, ambos grupos fueron a renovar sus asientos pagando las cuotas pertinentes a tiempo para poder asistir al próximo partido de liga.
Sin embargo, solo hay un grupo que hasta ahora se había hecho con el poder de la grada de animación, la tribuna, razón por la cual llevan años enfrentados y por la que siguen buscando cualquier oportunidad para arrebatarse esos asientos, sinónimo de hacerse con el poder de todo el estadio.
"Estalló una situación sumamente violenta entre dos sectores de la barra de Independiente. Un grupo emprendió un ataque. Por suerte no estamos registrando víctimas de gravedad. Hay varios detenidos", comenta Gustavo Gómez, jefe de la Agencia de la Prevención de la Violencia en el Deporte.
"Sabemos que vienen a extorsionar haciendo uso de la violencia. Son bandas delictivas que se disputan un territorio que es la tribuna", añade.
Una rivalidad que siempre ha sido explosiva, pero que esta vez venía de una situación caliente provocada por un episodio reciente que encendió la mecha.
La facción oficial es la que se encarga de colgar las banderas del estadio para el día de partido. No obstante, el pasado fin de semana no fueron capaces de alzar la de Godoy Cruz, rival de los locales, y sus enemigos de casa grabaron la situación mofándose de la incapacidad de los otros. Esa acción incomodó mucho al grupo con más privilegios, quienes comenzaron la reyerta.
Tiros, pedradas, palazos y puñetazos en un enfrentamiento que va a traer consecuencias para aquellos que han sido identificados, ya que no serán admitidos en el estadio durante un tiempo indefinido, según ha anunciado Héctor Maldonado, secretario general del club.