Miedo, pánico, horror... la situación que se está viviendo frente al estadio de Basora, al sur de Irak, está siendo, cuando menos, estremecedora.

Este jueves se disputa la final de la Copa del Golfo entre Irak y Omán y desde la noche anterior, decenas de miles de personas, muchas sin entrada, se han aglutinado en los aledaños para tratar de acceder o, en su defecto, colarse.

Esta marea humana ha provocado una estampida que, según la agencia de noticias oficial iraquí 'INA', se ha cobrado una vida: "La estampida entre aficionados en las inmediaciones del estadio Yezá al Najla de la gobernación de Basora (sureste de Irak) causó la muerte de una persona y heridas a 60".

Según 'EFE', la persona ha fallecido tras "caerse y ahogarse", mientras que otras informaciones apuntan a que ya serían dos los hinchas muertos y más de 139 aficionados heridos.

La capacidad del estadio es de 65.000 personas y, a pesar de estar lleno, muchos hinchas tratarán de acceder sin entradas.

Se trata del segundo episodio trágico que empaña la Copa del Golfo después de que el pasado lunes un accidente de tráfico causara la muerte de siete aficionados cuando se dirigían a ver las semifinales entre Irak y Catar.