El Sevilla logró un resultado de mucho prestigio al vencer al Arsenal, vigente campeón de la Copa inglesa, en su propio estadio al término de un encuentro en el que los tres goles, de Lacazette para los locales y de Correa y N'Zonzi para los visitantes, llegaron en la segunda parte.

Ben Yedder, goleador sevillista en la víspera, tuvo la primera clara ocasión del encuentro, al leer Banega magníficamente un desmarque suyo y servirle el balón en profundidad para que el francés superase por bajo a Cech en su salida, pero la pelota se estrelló en el palo.

Los sevillistas dominaron el inicio del choque gracias a una presión en todo el campo que el Arsenal fue incapaz de superar hasta la media hora, cuando Oxlade-Chamberlain incurrió por su carril y puso un centro medido al internacional español Bellerín, que acompañaba en la banda opuesta, pero mandó alto su remate en posición franca.

En el tramo final de la primera mitad, los londinenses tuvieron más el balón debido a los buenos minutos de su pareja de creadores, el alemán Özil y el galés Ramsey, quien estuvo a punto de inaugurar el marcador con un disparo que salió fuera por poco después de sortear en eslalon a varios defensores andaluces.

Una internada de Krohn-Dehli en los primeros instantes del segundo periodo terminó con el gol de Correa, muy listo al dejar pasar el balón y correr a recibir el pase a un toque de Ben Yedder para batir a Cech con un disparo raso.

El Arsenal empató al cuarto de hora, gracias a su mejor hombre, el carrilero diestro Oxlade-Chamberlain, que desbordó a Lenglet con un cambio de ritmo y sirvió un pase de la muerte que fue un obsequio para Lacazette, el fichaje de los 53 millones de euros que se estrenó así como goleador en su nuevo equipo.

La calidad del brasileño Ganso fue decisiva en el gol de la victoria de los sevillistas, anotado por N'Zonzi mediante un preciso zurdazo cruzado pero facilitado por una finta de cuerpo del brasileño, quien amagó con controlar un saque de banda y paralizó así durante un instante a la defensa inglesa, lo que facilitó el chut de su compañero.

A pesar de su empuje en los minutos, siempre de la mano del veloz Oxlade-Chamberlain martirizando a Lenglet, improvisado y sufridor lateral izquierdo, el Arsenal no pudo empatar en los minutos finales, en los que sólo inquietó a Sergio Rico con un disparo de Iwobi que atajó sin apuros el internacional español.