Roman Abramovich se convirtió en el salvavidas que necesitaba el Chelsea cuando se ahogaba entre las deudas en el año 2003. Además, el magnate ruso se encargó de invertir grandes cantidades de dinero en el equipo, fichando a algunos de los mejores jugadores de Europa por aquel entonces. Esa misma temporada se encontraba Claudio Ranieri en el banquillo de los 'blue'.
A pesar de que el entrenador italiano solamente coincidió ese año con Abramovich en el conjunto inglés, ha asegurado conocerle a la perfección: "Era joven y entusiasta. Parecía un niño en el patio del recreo. Estaba muy presente. Venía a menudo a los partidos y, a veces, para hablar con calma, viajaba en su avión privado después de regresar de viaje. Quería estar informado y comprender".
No obstante, el exentrenador del Chelsea y el Valencia entre otros equipos, cree que el ruso pudo ser un poco oportunista por el momento en el que efectuó la compra del club: "Compró al Chelsea porque nos habíamos clasificado para la Champions League en la última jornada del campeonato, ganando al Liverpool. Si no hubiéramos logrado ese objetivo, la historia de los Blues hubiera sido diferente".
Ranieri no ha querido profundizar demasiado en la relación que mantiene Abramovich con el presidente ruso, Vladimir Putin: "A nadie debería haberle importado en teoría, porque en ese momento Putin estaba en la presidencia rusa y la situación general era muy diferente de la actual. Esta guerra, horrible como todas las guerras, nos obliga a reflexionar".
Además, ha hablado acerca de la difícil situación extradeportiva que se está viviendo en el Chelsea: "No creo que haya riesgos graves para el club. Son campeones de Europa y del mundo, seguro que encontrarán un comprador capaz de mantener su estatus actual".
"Pero está el otro lado, el del mundo que gira en torno a los equipos de fútbol, hasta la implicación del deporte en la guerra de Ucrania. Estamos superando esquemas establecidos, como el principio de zona franca deportiva. Estaría bien que el deporte fuera verdaderamente una isla feliz, pero ya no puede ser así", reconoció.
El italiano no ha querido desaprovechar la oportunidad de pedir a los dirigentes de la liga inglesa que cambien su ley y haya estatutos: "Este asunto plantea algunos interrogantes e imagino que se establecerán reglas más estrictas sobre los clubes que las vigentes, por ejemplo, en la Premier League".
Por último, ha querido elogiar el trabajo de su compañero de profesión y actual entrenador de los 'blue', Thomas Tuchel: "Me parece que se está portando muy bien. ¿Será capaz de mantener unido al equipo? No tengo dudas. El campeonato es un duelo Manchester City-Liverpool, pero el Chelsea sigue en la carrera por la Champions".
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