Con apenas 18 años, tras haber jugado solo año y medio en el primer equipo del Sevilla FC, Sergio Ramos abandonó la capital hispalense rumbo al Real Madrid.

"Si llega una oferta importante del Real Madrid, aunque me sienta sevillista, pienso que no podemos decirle que no", señaló el entonces lateral a tres días del cierre de mercado.

Finalmente, el conjunto blanco abonó su cláusula de rescisión de 27 millones de euros para llevarse al canterano sevillista.

A pesar de haberse labrado un nombre con letras de oro en la historia del Real Madrid, Ramos siempre ha presumido de sevillismo... y 18 años después ha vuelto a su casa pidiendo, lo primero, perdón.

En las múltiples visitas del jugador al Sánchez Pizjuán, se han mantenido tensos momentos entre parte de la afición y el central, pero el más duro ocurrió en enero de 2017.

Gran parte del estadio insultó a Sergio, que respondió marcando un penalti a lo Panenka y señalándose el nombre y el dorsal a ojos de la grada donde se ubican los Biris, la grada de animación.

Seis años después, y tras haber sido campeón de todo, la leyenda regresa a la que fue su casa pidiendo perdón y con la intención de olvidar el pasado.