La SD Huesca y la UD Las Palmas empataron a dos goles un encuentro que tuvo de cara el conjunto de Quique Setién, hasta que el equipo aragonés logró la igualada en seis minutos, para mantener viva la eliminatoria.
Los dos equipos disputaron el partido con jugadores que no son titulares aunque quisieron aprovechar la oportunidad que les dieron sus entrenadores para ganarse un puesto, sobre todo los del Huesca que hicieron un gran partido.
Las Palmas empezó mandando
Desde el comienzo, Las Palmas llevó la iniciativa y, ya en el minuto 10, Asdrubal adelantó al equipo grancanario al transformar un penalti cometido por el meta Queco Piña sobre él. El conjunto de Anquela, no obstante, dio un paso al frente y tuvo sus mejores minutos en la primera mitad llegando a tutear al conjunto canario, y llegando en varias ocasiones al área visitante, aunque no tuvo que intervenir Lizoain.
Los últimos diez minutos de la primera parte fueron otra vez de dominio visitante aunque la intensidad del equipo oscense le impidió ampliar su ventaja. Tras el descanso el Huesca quiso ir a por el empate y eso lo aprovechó el Las Palmas para sorprender al equipo local, teniendo una clara ocasión en el minuto 52 Asdrubal, que con todo a su favor, envió el balón desviado.
Un minuto más tarde, en el 53, Hernán encontró su premio anotando el segundo gol del partido, tras dar su disparo en un defensor local. La UD Las Palmas pensó que ya había asegurado su triunfo y fue su error. porque el Huesca, lejos de amilanarse, siguió buscando el gol. En el minuto 52, Cmiljanic dio el primer aviso, pero solo delante de Lizoain envió muy desviado el balón.
Remontada épica
La remontada se concretó del minuto 64 al 70. El Huesca logró empatar el encuentro con los goles de Camacho y Aguilera, por lo que el partido cobró una gran emoción con el Huesca muy crecido y el conjunto canario atónito.
El equipo de Anquela pudo, incluso, darle la vuelta al marcador y conseguir el tercero Kilian en el minuto 76, con un remate a bocajarro que atajó Lizoain tras un gran jugada de Alexander González, que volvería a repetir más tarde en pleno dominio oscense.