Una nueva era ha comenzado en el Atlético. Lo ha hecho con victoria. Con una victoria a lo Atlético. Corriendo. Sudando. Con el apoyo de una incansable hinchada que ha dejado atrás el Vicente Calderón para poblar las gradas del Metropolitano. Y con un gol de Antoine Griezmann. Un solitario gol del jugador estrella que sirvió para tumbar al Málaga y para sumar los tres primeros puntos en la nueva casa rojiblanca.
La inauguración fue un espectáculo. El rey Felipe VI en el palco, color rojiblanco en las gradas, cánticos, paracaidistas, saque de honor mezclando pasado, presente y futuro. De hecho, fue el mayor espectáculo que se vio hasta el descanso. Simeone, al igual que en Roma, alineó a Gabi, a Saúl, a Thomas y a Koke en la medular, y eso provocó dos cosas siendo una de ellas positiva y la otra bastante negativa.
La positiva fue que la bola fue rojiblanca. Pases, pases y más pases en largas combinaciones. La negativa fue consecuencia de la positiva, y es que las conexiones eran horizontales, sin verticalidad y sin velocidad arriba para buscar el arco de Roberto. La primera ocasión del Atleti, de hecho, fue casi en el minuto 45, y a punto estuvo de llegar con 0-1 en el luminoso si Borja llega a acertar su mano a mano ante Oblak.
No pintaba bien la cosa, pero por suerte para este Atleti cuando se mira al banquillo se ve a jugadores que pueden revolucionar un encuentro. Jugadores como Gameiro o como Carrasco, que pueden dar chispa a un duelo sin ella y penetrar en defensas tan cerradas como la del Málaga en el Wanda. Con Griezmann desaparecido, como todo el ataque atlético, en la primera parte, la entrada del belga supuso un soplo de aire fresco.
Y supuso también que la grada, activa y ruidosa como en el Calderón, se activara al máximo. Yannick busco, desde la izquierda, cosas diferentes. Perfilarse para su diestra, conectar con un Griezmann que comenzó a bajar a recibir, y animarse al regate con sombrero incluido en el área que cerca estuvo de terminar en penalti. Cosas diferentes, eso es lo que hacía falta, alguien que se saliera del guión... y en eso Correa se está convirtiendo en un experto.
El argentino se echó a banda, encaró a su par y se le fue buscando línea de fondo buscando el centro con la derecha. Su pase, al corazón del área, fue directo a Griezmann, que no pudo elegir mejor sitio para estrenarse. El galo, con la diestra, enganchó el centro de primeras para colocarlo en las redes de Roberto. Para entrar en la historia del Atleti como el primer jugador que marca un gol en el Wanda Metropolitano.
Le hacía falta al francés, tras un verano marcado por su posible salida. Le hacía falta al Atlético, para quitarse los nervios del debut en su nueva casa. Y le hacía falta al partido, animando a salir de su cueva al Málaga para que comenzasen a aparecer los espacios. Quien apareció primero fue Fernando Torres, que se llevó la evidente ovación de la hinchada, pero los huecos tras la bien formada defensa andaluza se seguían resistiendo a un equipo, el rojiblanco, que está necesitado de ideas arriba.
Ya llegarán, pues cuando lo que cuentan son los puntos lo primordial es lograrlos. El Atlético, en su primer partido en el Wanda Metropolitano, lo consiguió a base de la fórmula de siempre y con Griezmann como goleador. El Málaga, tras cuatro encuentros, sigue a cero. Los rojiblancos pueden festejar felices el comienzo en su nueva casa. El comienzo de una nueva era.