La situación económica del Fútbol Club Barcelona parecía grave, pero es peor según ha declarado su presidente, Joan Laporta, este mediodía en la rueda de prensa con motivo de la salida de Leo Messi del club azulgrana.

"Nos han dejado una herencia que excede el límite salarial permitido", comenta Laporta como la razón principal por la que no se ha podido renovar a Messi. Ahora supone un 110% de los ingresos, pero incluso sin el contrato de Leo seguirá excedido.

Y es que los números del Barça son muy preocupantes: antes de la actual auditoría la deuda del club ascendía a 1173 millones de euros, de los cuales 730 tienen que quedar saldados en los próximos meses.

Las pérdidas estas dos últimas temporadas son evidentes. Casi cien millones la campaña pasada y 350 en ésta, lo que ha forzado a la petición de un préstamo de 525 millones de euros a la empresa Goldman Sachs para poder pagar los gastos más urgentes.

La crisis en la que se encuentra el Barça ha forzado a LaLiga a bajar ese límite salarial de los 632 millones que tenían en 2018 a los ahora 348, que, como es lógico, incumple.

Toda esta situación tiene un causa, según Laporta, y no es otra que la "gestión calamitosa de la junta anterior". Mantener a Messi sería una temeridad y desde el club prefieren "no poner más en riesgo a la institución".

Otra de las frases que ha dejado en la rueda de prensa en que "el Fútbol Club Barcelona está por encima de cualquier jugador, entrenador o presidente". Aún así, el adiós de Messi supone una devaluación de la marca, ya que el jugador supone el 14% del valor del club y bajará dos puestos en el ránking de clubes más valiosos del mundo hasta la cuarta posición, por debajo del Real Madrid, Manchester United y Manchester City.