Nicklas Bendtner comienza su autodescripción vital revelando las historias de indisciplina que tenían en Dinamarca cuando se concentraban con la Selección. Las fiestas con mujeres como "tradición" añadidas a las correspondientes juergas en sus equipos en Inglaterra.

"Las habitaciones estaban en una punta del hotel y hacíamos que unas chicas trajesen provisiones y reservaran cuartos en la otra. Cuando Morten Olsen (seleccionador, 2000-2015) se iba a dormir, nos movíamos con sigilo e íbamos allá. Es una tradición que ha existido durante mucho tiempo", escribe el díscolo jugador en su biografía.

Fichado por el Arsenal a los 16 años como una gran promesa, Bendtner ha acumulado un amplio historial de escándalos en su carrera por su vida nocturna, que incluyen una condena por conducir borracho y otra por romperle la mandíbula a un taxista. Y en este libro también desvela que cuatro días antes de debutar con Dinamarca a los 18 años, se emborrachó hasta quedar inconsciente en una fiesta y que sus amigos lo llevaron a casa en una carretilla:

"Estaba tan fuera de mí que me cagué en los pantalones y vomité por todos lados", explica Bendtner, quien dice no recordar nada de su primer entrenamiento al día siguiente, aunque Olsen no supo de su mal estado y pudo debutar contra Polonia con un gol.

Todo, lo firma un futbolista que ahora juega en el Copenhague pero que desde que fuera cedido al Birmingham en 2006, ya convirtió su casa en una "mansión de Playboy" en la que sus compañeros tenían relaciones sexuales con otras mujeres.

Referencia del ataque danés durante muchos años, los 30 goles que le contemplan se quedan en nada al lado de la revolución que ocasionaba fuera del campo cada vez que acudía con la Selección...