Hoy es el niño prodigio de Estados Unidos, sin ninguna duda. Y es que después de su exhibición de anoche en el Staples Center es difícil hablar de otra cosa.

Fíjense:

Este descarado chaval llamado Maxx se nos descubre como un verdadero enchufón anotando todo lo que llega a sus manos durante 30 segundos.

Tal es la situación en medio de un Lakers-Thunder que los locales acabaron ganando 112-107, que los propios jugadores angelinos, que están en un tiempo muerto, van girando progresivamente el cuello según Maxx va levantando a la afición.

De hecho, tras los aplausos finales, el propio JaVale McGee se acerca para chocar la mano de su nuevo ídolo.

Una noche de estrellas en Los Ángeles con un precoz protagonista.