‘Dead and gone’ fue el chupinazo y ‘Fever’ el punto de inflexión que dio paso al éxtasis. El reloj rondaba la 1.30 h y Dan Auerbach punteaba la intro de guitarra más esperada de todo el festival. Sonaba ‘Lonely Boy’ y el BBK era unísono. Auerbach pedía ayuda para corear la única canción que no lo necesitaba. “Esta sí se la saben todos” –debió pensar mientras Carney tundía la batería-. Luego llegó ‘Little Black Submarines’ y sus corazones rotos se engancharon al rebufo para cerrar con un alargado y guitarreado ‘I got mine’.

Pero antes hubo más. Bastante más. El camino al delirio colectivo fue vibrante e intenso. Así, tras ‘Dead and gone’ pasaron ‘Next Girl’, ‘Run right back’ o ‘Bullet in the brain’ (último single en UK). La intensidad subía y ‘Gold on the ceiling’, ‘Howlin for you’ y ‘Gotta get Away’ marcaron a golpe de riffs la senda hacia ‘Fever’ -el gran sencillo de Turn Blue-.

A la parte sonora –con el fader del escenario principal dos puntos más bajo de lo deseado- le acompañaron imágenes posterizadas y Lo-fi –marca Black Keys- del concierto.

Sonidos Indie rock / blues /garage que regresaron a España con fuerza –el trending topic aguantó hasta esta mañana- tras esa fugaz, única y genial pasada que hicieron en 2012 por el Palacio de los Deportes de Madrid.

Los Keys fueron precedidos –mismo escenario- por unos correctos The Lumineers –el master también estaba en modo ahorro así que el violocello sonó con sordina-.

Con una puesta en escena que simulaba un café clásico –lámparas de araña y pequeñas plateas- los de Denver arrancaron puntuales con ‘Submarines’ para seguir con I Ain't Nobody's Problem’ y ‘Flowers in your hair’.

Sonido elegante y afinado que igual quedó poco intenso para el festival. “Esto es música de tías” -me decía uno más de pogos que de Country-. Es posible, pero los de Colorado se esforzaron en levantar al personal. No solo por el esperado ‘Ho Hey’ que avivó al principal sino por el tour que se marcaron –procesión de sillas y guitarra incluida- tocando entre el público a pie de valla.

El trío mágico lo cerró MGMT. La resaca de los Black Keys pilló a los más rezagados con el pie cambiado -barras y aseos saturados- para llegar al escenario Heineken. Consecuencia: se perdieron ‘Time To Pretend’. Para compensar los de Connecticut se guardaron ‘Kids’ para la parte final de un buen concierto.

Kobetamendi se apagó tras las sesiones de DJs en un año de cartelazo y sold-out que supondrá un reto para la organización del X Aniversario. Por ahora ya tenemos fechas –anoten- del 9 al 11 de julio de 2015 regresa el BBK Live.