En declaraciones a los
periodistas, Martínez ha indicado que en la restauración de la cara oeste, que
se ha prolongado durante siete meses, han participado más de cien personas y ha
tenido un coste de medio millón de euros.
Por otra parte, la
restauración de la cara Sur se inicia este lunes mientras que el resto de caras
"depende de los recursos económicos del Cabildo", que ha señalado que
se obtienen a través de la venta de entradas a la Catedral.
Así, en la actuación ya
realizada se han llevado a cabo numerosas tareas entre las que destacan las
intervenciones en capiteles mediante rayo láser para quemar la suciedad, cambio
de rejas para la protección de las personas por otras que "protegen más,
son más cómodas y duraderas", así como se ha mejorado la protección de la
Giralda frente al rayo.
En los siglos de
historia de la construcción, nunca se había sometido a la Giralda a una actuación
de estas características -la última parecida data de 1982-, aunque en ésta se
ha intervenido "desde siempre", ya desde el siglo XII, con acciones
de mayor o menor envergadura. Desde el siglo XVI la intervención ha sido
"continuada", con obras tan importantes como las acometidas en el
siglo XVII con motivo de las afecciones de la torre mayor por el terremoto de
Lisboa de 1755 o las restauraciones del XIX del arquitecto Adolfo Fernández
Casanova.
Ya en 2013 hubo una
actuación para restaurar la zona de las campanas, mientras que también se ha
trabajado recientemente sobre el Giraldillo. La parte superior del campanario se
respetará en esta ocasión.
Ahora, y debido a la
detección de numerosas imperfecciones en toda la torre, se llevan a cabo unos
trabajos que se pretende tengan continuidad en el resto de caras de la Giralda:
la sur -desde este lunes-, la este y la norte, por este orden, aunque para
estos dos últimos trabajos no hay aún fecha ni presupuesto. Según indicó el
Cabildo meses atrás, la idea es que las obras puedan comenzar cuando la
disponibilidad presupuestaria lo permita.
Asimismo, explicaron que
los motivos por los que la intervención comenzó en el paramento de la cara
Oeste -el límite ha sido el cuerpo de jarras de azucenas- obedecían a que la
misma se encuentra más "aislada" y "protegida", habiéndose
encontrado en la misma daños en los fustes, desperfectos en los elementos
pétreos o presencia de biocostra, elementos vegetales que en muchos casos
enraízan en el elemento constructivo. En el análisis global de la construcción,
por otro lado, se encontraron daños en la piedra y en las columnas, pérdidas en
los recubrimientos o de material propias del paso del tiempo.
Igualmente, se decidió
no tapar el edificio en su totalidad -la parte de andamiaje sí ha estado
protegida con una malla- para, según explicó Martínez Moya, "no perder una
imagen magnífica para la ciudad y el mundo". Las visitas turísticas se
mantienen, aunque con restricciones puntuales si hay zonas en las que sean
incompatibles con criterios de seguridad.