Durante la Guerra Civil, la República intentó salvaguardar las obras del Museo del Prado y las envió a Francia en 77 camiones. El Ejército de Franco lo sabía, pero le daba igual. "Cuidado que se está evacuando el Museo del Prado y sin embargo los bombardeos no se paralizaron, se intensificaron", aseguró Arturo Colorado Castellary, catedrático de la UCM.
Cuando los nacionales ganaron, recuperaron ese arte que habían despreciado para usarlo como propaganda y revancha contra los vencidos. No solo las obras evacuadas, Francia entrega también otras que no eran propiedad del Estado español.
Colorado asegura que "para agradar a Franco y de alguna manera tentarle para que no intervenga en la Guerra al lado de los nazis, decide entregar la Dama de Elche".
Otra obra que recuperaron aprovechando la difícil situación de Francia en la Segunda Guerra Mundial fue la Inmaculada de Murillo. Para el franquismo, el regreso de estas obras tenía varios significados: "Hemos recuperado nuestros orígenes, nuestro catolicismo, el dogma de la Inmaculada..."
Pero de la misma forma que recuperaban algunas, ocultaron que a cambio, entregaban otras, que nunca volvieron: "Hay un regalo de Franco a Hitler de dos Zuloagas...esas obras están en paradero desconocido". Franco quería agradar a Hitler como fuese y quiso regalarle la Marquesa de Santa Cruz de Goya, sólo por un 'lauburu' que podría parecer una esvástica.
Pero Hitler empezaba a perder la guerra y Franco se lo pensó mejor. El cuadro se quedó en España. Otras obras no corrieron tanta suerte y siguen perdidas por la sinrazón de la guerra.
Lo cuenta la escritora Celia Santos
El 'Plan Marta', el "cruel" programa de Franco y la Iglesia para repoblar Australia con mujeres españolas blancas
En los años 60, cientos de mujeres fueron enviadas a las antípodas con el objetivo de repoblar el país, como cuenta Celia Santos en la novela El país del atardecer dorado.