Nunca se ha ido del todo. Christina Rosenvinge lleva en la carretera desde principios de los 90. Apareció a nuestro lado con un 'chás', pero pronto se dio cuenta que lo suyo era volar en solitario y sobre todo huir de la música comercial.

"La música que me gusta es la que apela a los rincones oscuros del alma", ha comentado Rosenvinge. Ese gusto no fue entendido por nuestra industria musical y se marchó a Nueva York. Volvió a España en plena crisis y se encontró un país más oscuro, alejado de la frivolidad de los 90. "Hay que enfrentarse al desaguisado que estamos viviendo y tomar posiciones"

Christina lleva tomando partido desde que empezó en la música: "Ya incluso en Álex y Cristina había canciones de contenido feminista que funcionaban como Caballo de Troya porque las estaba metiendo dentro de la mentalidad de las niñas pequeñas".

Pero no le vale solo con eso. El cambio tiene que ser total. "Es hora de que los machos alfa dejen de rular el mundo y de que otro tipo de hombres y mujeres tomemos decisiones que supongan un futuro sostenible para toda la humanidad", ha asegurado la artista.

Christina sigue enseñándonos su mundo con sus letras. Las ha recopilado en un libro mezcladas con sus vivencias. Unas memorias musicales de un tiempo que no volverá más.