El pueblo gaditano de Casas Viejas vivió en 1933 uno de los sucesos más terribles de la Segunda República con el asesinato de 19 hombres, dos mujeres y un niño.

Esta fue la única localidad española en la que la rebelión anarquista no fue sofocada y el Gobierno republicano envió a la Guardia de Asalto para que perpetrara la masacre.

"Casas Viejas es la metáfora de la historia de España y casi de la humanidad. Todo para atacar al gobierno de Azaña, las víctimas daban igual. Vieron la oportunidad, tanto la derecha como la izquierda,de atacar", explica José Luis Hernández Arango, el director de 'Casas Viejas 1933'.

Este suceso que llegó a provocar la dimisión de Manuel Azaña tras meses de comisiones parlamentarias e investigaciones en las que fue clave el testimonio de las mujeres. "Protestaron, insistieron y ahí fue cuando se supo la verdad. Ellas tuvieron que ser muy valientes", añade Hernández Arango.

La historia queda reflejada en el documental de 'Casas Viejas 1933', en el que el relato de las víctimas cuenta como "mataron a los inocentes sin hacerles justicia", mientras "los cabecillas se quitaron del medio". Testimonios que rescatan la memoria viva, de este oscuro capítulo de nuestra historia.