Hemos leído tanto este cuarto de siglo que a ver por dónde empezamos. Comenzaremos con fenómenos como El Código Da Vinci, Los hombres que no amaban a las mujeres y 50 sombras de Grey, cuyo éxito llenó las librerías de novelas similares, al igual que ocurrió con Harry Pottery George RR. Martin y su Canción de hielo y fuego, que han reavivado el interés por las sagas fantásticas.

En estos últimos 25 años no hemos descubierto que existen las autoras pero sí nos ha interesado más su experiencia

En estos últimos 25 años no hemos descubierto que existen las autoras pero sí nos ha interesado más su experiencia. Annie Ernaux y Amélie Nothomb demostraron que podían ser universales, lo que nos ha llevado a leer con nuevos ojos a autoras como Joan Didion o Jane Austen, de la que se han reeditado sus obras más conocidas este año.

La lectura de manga se ha disparado y es tendencia que muchas novelas se reediten como novelas gráficas. El éxito de David Uclés con La península de las casas vacías y de Irene Solá gracias a Canto yo y la montaña baila o Te di ojos y miraste las tinieblas han puesto de moda el neorrealismo mágico, mientras que Irene Vallejo ha hecho popular el ensayo gracias a El infinito en un junco.

Premios Nobel

La autoficción es tendencia, monetizamos nuestras desgracias, Soldados de Salamina y El tiempo entre costuras fueron el tema de conversación del momento, lanzando al estrellato literario a sus autores. También hemos visto al primer músico ganando un Nobel, Bob Dylan, y al último autor en castellano, Vargas Llosa, que nos dejaba este año.

Los libros nos salvaron de la locura en tiempos de COVID. Ha nacido del fenómeno de los booktubers y si a principios de siglo apenas leía la mitad de los españoles, hoy superan el 65%, aunque esto no ha impedido que nos estemos quedando sin librerías de barrio.

Cómo leemos

A todo esto habría que añadir la transformación silenciosa pero profunda del modo en que leemos. El libro electrónico no ha sustituido al papel, pero sí ha cambiado hábitos, ritmos y expectativas, normalizando la lectura fragmentaria y el consumo inmediato, mientras las redes sociales han convertido la recomendación en un acto colectivo y acelerado. Leemos más deprisa, comentamos antes y olvidamos también con mayor rapidez, en un ecosistema dominado por la novedad constante.

En paralelo, los géneros tradicionalmente considerados menores han ganado prestigio. La novela negra se ha consolidado como herramienta para radiografiar sociedades en crisis, el terror ha dejado de ser un compartimento estanco y la ciencia ficción ha demostrado su capacidad para pensar el presente. Autores y autoras han cruzado fronteras genéricas con naturalidad, diluyendo etiquetas que antes marcaban jerarquías.

El libro electrónico no ha sustituido al papel, pero sí ha cambiado hábitos, ritmos y expectativas

Quizá dentro de otros veinticinco años este periodo se recuerde como una etapa de transición, marcada por la convivencia entre lo viejo y lo nuevo, entre la tradición y la reinvención. Mientras tanto, seguimos leyendo, que no es poco, buscando en los libros algo tan antiguo como imprescindible: sentido, compañía y una forma de entender quiénes somos.

Y nos despedimos de este repaso al siglo XXI recordando a Carlos Ruiz Zafón. La sombra del viento es el libro escrito por un autor español más vendido de la historia después del Quijote. Casi nada.

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