En laSexta hemos hecho un experimento. Hemos querido comprobar cómo reaccionan artistas feministas de hoy a letras escritas hace casi un siglo. "¡Qué fuerte! Me encanta", ha expresado Julia Tabernero, miembro de la banda Tremenda Jauría. Fueron las letras feministas y valientes de los años 30 las que abrieron un camino que, sin ser fácil, ha conseguido llegar hasta nuestros días. Ahora, grupos como Mafalda o Tremenda Jauría reivindican desde sus canciones la igualdad. Y es que ante las letras machistas de algunos reguetones, otra música urbana es posible.
Las letras de Tremenda Jauría son auténticos himnos del 8M y su música es un alegato al feminismo. "Somos una banda en la que hay chicas no solo en el escenario, sino también abajo", señala Julia Tabernero, miembro del grupo musical, a lo que añade: "Con las huelgas feministas que han sacado a millones de mujeres a la calle en los años anteriores, los feminismos han llegado a la industria musical".
Precisamente, el grupo Mafalda ya denunció la industria masculinizada en el documental 'Las que faltaban'. Ahora, en su nuevo disco, apuestan por un lenguaje inclusivo que represente también la realidad de una de sus integrantes, que no se identifica como género masculino o femenino: "Yo soy una persona no binaria; pensamos que el lenguaje inclusivo, con la 'e' es absolutamente necesario", afirma Mire.
Estas disidencias ya aparecieron décadas atrás. "Si ven a dos mujeres, se dice que el mundo está al revés", cantaba Concha Piquer en 1933, momento en el que la artista reflejó en un cuplé un amor entre dos mujeres: "Yo quiero amar con libertad porque nací mujer", defendía.
"Tiene una vinculación muy amplia y estrecha con el colectivo LGTB ya que hablaban, por ejemplo, de amores que eran forzosamente clandestinos...",subraya Lidia García, investigadora y autora de '¡Ay, campaneras!. De esta forma, el objetivo de las artistas feministas de ayer y de hoy es el mismo: defender la igualdad.
Lo cuenta la escritora Celia Santos
El 'Plan Marta', el "cruel" programa de Franco y la Iglesia para repoblar Australia con mujeres españolas blancas
En los años 60, cientos de mujeres fueron enviadas a las antípodas con el objetivo de repoblar el país, como cuenta Celia Santos en la novela El país del atardecer dorado.