Premios Princesa de Asturias 2025

Eduardo Mendoza recibe el Princesa de Asturias: "Ser un proveedor de felicidad es el mejor elogio y me gustaría que fuera cierto"

Entre líneas El escritor barcelonés, Premio Princesa de Asturias de las Letras por su aportación "decisiva" a las letras, considera el galardón "una sorpresa, un honor, una alegría y también un incentivo".

Eduardo Mendoza recibe el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2025.Eduardo Mendoza recibe el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2025.Europa Press
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El escritor barcelonés Eduardo Mendoza, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2025, ha asegurado tras recibir este galardón que el "mejor elogio" que ha recibido en su vida es el de ser un "proveedor de felicidad" con sus libros, y le gustaría que eso "fuera cierto, aunque sea en dosis homeopáticas".

"Si alguna felicidad he dado a mis lectores, ellos me la han devuelto con creces, con su lealtad, su complicidad y su cariño", ha manifestado el autor durante la ceremonia de entrega de este galardón que le ha sido otorgado por su aportación "decisiva" a las letras.

Mendoza, al que se le deben títulos ya clásicos de la literatura española como Sin noticias de Gurb (1990) o La verdad sobre el caso Savolta (1975), ha afirmado que el premio ha sido para él "una sorpresa, un honor, una alegría y también un incentivo", porque, según ha dicho, si no se mira al espejo, todavía se considera "una joven promesa de la Narrativa Española".

"Lo último que se pierde no es la esperanza, sino la vanidad", ha dicho en el Teatro Campoamor en un discurso cargado de su habitual humor e ironía.

Mendoza (Barcelona, 1943) ha manifestado que su obra es una suma de "muchos factores", entre ellos "la suerte" de nacer y criarse rodeado de libros y de personas que le leyeron "en voz alta" y pusieron a su disposición una "amplia biblioteca", le estimularon y le orientaron.

"En el colegio recibí una educación estricta, tediosa y opresiva. Tenazmente, me inculcaron las virtudes del trabajo, el ahorro y el decoro, gracias a lo cual salí vago, malgastador y un poco golfo, tres cosas malas en sí, pero buenas para escribir novelas", ha relatado ante los reyes, la princesa Leonor y la infanta Sofía.

También ha destacado su vida en Barcelona, una ciudad "cálida, soleada, tranquila laboriosa y conservadora", pero, además, "viciosa y canalla", donde descubrió que tenía un "interesante pasado turbulento y criminal", del que se apropió para escribir sus trabajos, porque "las ciudades, como las novelas, son de todos y no son de nadie".

Un mundo mejor

Tras agradecer el apoyo de familia, amigos y compañeros de profesión, ha señalado que los demás factores para llegar adonde ha llegado son mérito suyo. "Ya está bien de modestia", ha añadido.

El escritor ha asegurado no ser ni optimista ni pesimista, pero ha recalcado que no le gusta el mundo tal como lo ve, quizá porque ha tenido "la suerte de vivir una larga etapa excepcional de relativa paz, estabilidad y bienestar".

"A mi edad, preferiría disfrutar de lo que hay y no andar quejándome de lo que falta, pero me temo que no podrá ser. Por lo demás, los años me han hecho valorar sobre todas las cosas el respeto. Y si algo me han enseñado es que todo es relativo. O quizá no", ha indicado.

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