El brócoli y las coles, en general, tienen un tipo de ingrediente natural que lo que consigue es inhibir o desactivar un tipo de gen y hacer que el cáncer se frene.

Lo malo es que para tener un efecto protector totalmente ante el cáncer, tendríamos que comer casi tres kilos de este tipo de verduras al día y, además, en crudo para que no pierdan las vitaminas y propiedades.

Sin embargo, lo positivo de este avance científico es que va a abrir nuevas vías de investigación y desarrollar nuevas terapias basadas en el brócoli.