Samsung ha suspendido temporalmente la producción de su nuevo modelo de teléfono Galaxy Note 7 debido a los problemas técnicos de sus baterías. La empresa comenzó a vender este modelo el pasado 19 de agosto y, poco después, se anunció su retirada tras las denuncias de varios clientes a los que les ardió el dispositivo.

En Estados Unidos ya la semana pasada dos de sus grandes operadores AT&T y T-Mobile US han dejado de vender unidades del modelo ante los casos de incendios que ocurrieron el país, pero no fueron los únicos ya que las redes sociales se inundaron de nuevas denuncias compartiendo fotos de usuarios con sus teléfonos carbonizados.

Esta nueva noticia podría afectar a la venta de los nuevos modelos en India y Europa ya que iban a retomar las ventas el próximo 28 de octubre. El representante de el proveedor surcoreano, ha asegurado que la decisión se tomó en cooperación con los reguladores de Corea del Sur, Estados Unidos y China. La medida incluye una planta de Samsung en Vietnam que es la responsable de los envíos globales del modelo. El coste de la retirada del modelo puede llegar a costar aproximadamente un billón de wones (802 millones de euros).