Nos rodean en nuestro día a día y ya no podemos vivir sin ellos, por eso son cruciales para determinar la hegemonía mundial. Hablamos de los semiconductores, los microchips que están en mandos a distancia, móviles, consolas, ordenadores, tarjetas de crédito, citas médicas y todo lo que podamos imaginar.
Estados Unidos busca aislar a China aliándose con Taiwán, que tiene el 92% de la producción mundial de microchips avanzados. Es más, Joe Biden aprobó regulaciones para restringir el acceso del gigante asiático a los procesadores más avanzados.
Emilio González, profesor de Economía de la Universidad de Comillas ICADE, asegura que "tendríamos que parar automáticamente todo" y volver a 1920. "La tecnología es estadounidense, pero para bajar costes laborales, las fábricas estaban en China", comenta.
Por su parte, el director del Centro de Investigación de Materias Primas, Santiago Cuesta, explica que Estados Unidos controla la inversión y el diseño de los microchips".
Como en muchas otras cuestiones, la pandemia hizo que se replantease el propio orden global, viendo cómo cuando China sufría un parón en la producción de mascarillas, eso afectaba al resto del globo.
En mitad de esta guerra, hay que tener en cuenta a tres países que serán clave en la industria mundial de semiconductores: Países Bajos, Corea del Sur y la propia Taiwán. Los dos últimos cuentan con una postura difícil, cerca de vecinos históricamente hostiles.