Verano. Altas temperaturas en la calle. Cae la noche y, con ella, empiezan esos zumbidos tan molestos: sí, son los temidos mosquitos. A algunos los conocemos desde hace tiempo, como es el caso del Culex pipiens, el denominado mosquito común. Otros vienen de fuera, como el Aedes albopictus (mosquito tigre) o el Aedes japonicus (mosquito japonés), expertos en colapsar titulares por la alta peligrosidad de sus picaduras. Ciertamente, las especies más dañinas suelen ser extranjeras. Pero, ¿y si el enemigo ya estaba aquí?

La provincia de Sevilla se ha visto afectada en los últimos días por las picaduras de mosquito —el último parte deja 11 personas contagiadas del virus del Nilo—. El consejero de Salud y Familia de Andalucía, Jesús Aguirre, ha comunicado este jueves en rueda de prensa que los casos del virus del Nilo en Andalucía "han sido causados por el mosquito Aedes japonicus Cúlex". Según cuenta a laSexta.com Mikel Bengoa, experto en el estudio de mosquitos y miembro de la plataforma Mosquito Alert, esto "es imposible", e insiste en que se están mezclando datos e incluso razas de mosquito: "No puede ser. El género o es Aedes o es Cúlex, son cosas diferentes", ha asegurado con incredulidad.

El biólogo también apunta que "no sabe de dónde sale esa información", pero que estos contagios no provienen del mosquito japonés. Bengoa señala también que la información ha sido publicada por el servicio de virología de Andalucía, cuando "no son los encargados de verificar esto". El experto aclara que este anuncio es competencia del Instituto Carlos III, y que hasta que la institución no diga nada "no se debería de alarmar de esta forma", expresa indignado.

"Yo diría al 99,99% seguro que no es el Aedes japonicus", asegura el experto. Según el biólogo, la clave reside en el clima al que está acostumbrada esta raza: "Hay que observar dónde se ha sentido cómoda. Ha estado en Suiza, y en los últimos dos años se ha estado moviendo por Asturias y la cornisa cantábrica. Pertenece a las zonas frías y de montaña, por lo que es muy improbable que baje a Andalucía", señala Bengoa.

En la misma línea, Fernando L. Simón Martín, doctor en Parasitología por la Universidad de Salamanca, señala que la respuesta más probable es muy diferente a la que se ha barajado hasta el momento: "El Aedes japonicus no es el único transmisor del virus", confirma el catedrático, y apunta como principal sospechoso a algún miembro del género Culex. Así lo piensa también la OMS, que ha publicado en su página web una guía de cómo funciona la enfermedad del Nilo Occidental, presente en los pacientes de Sevilla.

"Los mosquitos son, en general, vectores de agentes infecciosos y parasitarios muy diversos, como la malaria, el dengue, el chikungunya, la dirofilariosis… pero estas enfermedades no pueden asociarse exclusivamente a una especie", afirma Simón. De este modo, como apunta también Bengoa, es complicado que haya causado problemas en Andalucía, y más atendiendo al hábitat ideal de dicha especie.

De hecho, según muestran los últimos datos del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (mayo 2020), esta raza, efectivamente, solo ha pasado por Asturias y Cantabria.

Mapa de la expansión del mosquito japonés en Europa

Ahora bien, "ante la capacidad de adaptación" de los mosquitos, Bengoa no descarta que el Aedes japonicus se traslade alguna vez a zonas del sur: "No me atrevería a decir que nunca bajará. Porque el cambio climático ha hecho que muchos de estos mosquitos se puedan adaptar, como ocurre con el mosquito tigre, que tiene una gran plasticidad climática".

Bengoa también señala que "el gran tráfico de mercancías y personas existente" facilita el transporte de estos insectos, aunque lo importante no es que lleguen, sino que sobrevivan: "Lo más complicado es que encuentren unas condiciones ideales para asentarse", sentencia.

¿Cómo es el mosquito japonés?

El Aedes japonicus viene de Asia, principalmente de Japón, Corea, Taiwán y el sudeste de China, como señala Mosquito Alert. Lleva en Europa más de 20 años, aunque no llegó a España hasta hace relativamente poco —fue avistado por primera vez en Asturias, en 2018—.

Como explicaba anteriormente Bengoa, se siente más cómodo en los climas fríos y, físicamente, "es más pequeño que los mosquitos comunes que tenemos en España". Asimismo, el experto resalta que tiene una coronación llamativa y "dorada", a diferencia del Aedes albopictus (mosquito tigre), que destaca por ser blanco y negro.

Comparativa entre el mosquito japonés y el mosquito tigre

"También tiene un dibujo muy particular en el tórax, que es lo que más llama la atención y lo que nos permite identificarlo", explica el biólogo. En su comparación con otras especies, el experto destaca que el mosquito japonés es "relativamente menos agresivo" que sus homólogos: "Algunos de mis compañeros estuvieron en la primera expedición en Asturias, y todos destacaban que se podía estar cerca de él y sus crías sin ningún peligro", cuenta, e incide en que esto con los mosquitos tigre sería inconcebible.

Se ha hablado mucho de la capacidad de este mosquito para transmitir ciertas enfermedades, como la 'fiebre del Nilo' o el virus del dengue. Ahora bien, los propios expertos insisten en que este insecto "no tiene ni mucho menos tanta relevancia sanitaria como el mosquito tigre o el mosquito de la fiebre amarilla". ¿La razón? Según Bengoa, su bajo número de picaduras: "Una de las cosas más importantes en la transmisión de virus por mosquitos es la cantidad de veces que la hembra puede picar. Se calcula que la media del mosquito de la fiebre amarilla es de 1,6, es decir, que el 60% de ellos van a hacer una segunda picadura. Con el japonés no se tienen tantos datos, pero viendo su agresividad y los virus que puede transmitir, se intuye que es mucho menor", espeta.

Los mosquitos más peligrosos del mundo

La peligrosidad de una raza de mosquitos reside en las enfermedades que puede contagiar, así como en su capacidad para propagarlas. Realmente, como explica Bengoa, las patologías que transportan estos insectos "no nacen" de ellos, sino que estos simplemente hacen de transmisores: "Cuando una hembra de mosquito nos pica, lo primero que hace es inyectarnos su saliva. Esa saliva tiene unos compuestos que facilitan la ingesta de sangre y, cuando pican a una persona o animal contagiado, con la sangre entra el virus", explica.

De este modo, para que un virus "pueda pasar tantas membranas", tiene que ser "muy concreto y especializado". Aquí es donde entran las distintas razas de mosquito —algunas de ellas, tremendamente peligrosas—, que Mosquito Alert ha agrupado, como se ve en la imagen inferior:

De izda. a drch.: mosquito tigre, mosquito de la fiebre amarilla, mosquito japonés, mosquito de Corea y mosquito común

Son cinco: el Aedes albopictus (mosquito tigre), Aedes aegypti (mosquito de la fiebre amarilla), Aedes japonicus (mosquito japonés), Aedes koreicus (mosquito de Corea), y el Culex pipiens (mosquito común).

No obstante, Bengoa destaca una especie de mosquito por encima de todas las demás: el Anopheles, causante de la Malaria. "No hay nada que mate más en el mundo que la Malaria, más que las guerras y cualquier cosa que nos podamos imaginar", resalta. La clave está, de nuevo, en la cantidad de veces que la hembra pica — es decir, si el mosquito de la fiebre amarilla tenía una media de 1,6, el Anopheles "puede llegar a picar 4,3"—. Este número, según el biólogo, es "una barbaridad", porque "un mismo mosquito puede infectar a tres personas diferentes".

El patógeno de la Malaria desapareció después de la década de los 50, explica Bengoa, aunque existen algunos mosquitos nacionales que son capaces de transmitirlo. Aun así, "hay que atacar rápidamente cualquier brote para evitar problemas de sanidad pública", advierte Bengoa, sobre todo ante la presencia de razas tan peligrosas en toda la geografía española.

Sin ir más lejos, todo apunta a que el brote de Sevilla lo ha causado el Culex pipiens, es decir, el mosquito más común que tenemos en España. Por eso Bengoa advierte de la necesidad de "aumentar la vigilancia" ante este tipo de insectos. Porque se puede pensar que todos los problemas vienen de especies extranjeras, pero nada garantiza que ese mismo mosquito que zumba nuestra oreja en verano sea portador de algunas de las patologías más peligrosas que se conocen.