La misión japonesa Hakuto-R que debía haber aterrizado este martes en la superficie lunar no se ha puesto por el momento en contacto con el centro de control que la sigue desde la Tierra, con lo que el destino de esta sonda privada es incierto.
La nave lunar, desarrollada por la empresa Ispace, tendría que haber llegado a su destino a las 16:41 GMT, según la cuenta atrás que pudo verse en la retransmisión en directo ofrecida por la compañía japonesa. Estaba previsto que la señal de la sonda pudiera tardar unos minutos en ser recibida, pero el tiempo pasaba sin noticias del ingenio y la tensión en la sala aumentaba.
La empresa informó unos 20 minutos después de que había tenido comunicación con la nave hasta momentos antes del aterrizaje, pero finalmente esta se perdió. "No podemos concretar al aterrizaje", ha dicho un portavoz, que ha asegurado que "investigan lo sucedido".
El dispositivo de unos 14 kilos de peso fue lanzado por un cohete Falcon 9 de Space X el 11 de diciembre desde Estados Unidos y llevaba un mes insertado en la órbita lunar. Una vez en la Luna, el módulo iba a llevar a cabo una serie de experimentos en cooperación con varias entidades comerciales y de agencias en la Tierra.
A bordo del aterrizador se encuentra el rover Rashid, de Emiratos Árabes Unidos. Su objetivo es estudiar las propiedades del suelo lunar, la petrografía y la geología de la Luna, el movimiento del polvo, así como la condición del plasma de la superficie lunar y la cubierta de fotoelectrones.
Creada en 2010, Ispace operaba Hakuto, que fue uno de los cinco equipos finalistas en la carrera Google Lunar XPRIZE. Misiones posteriores están en desarrollo y se esperan lanzamientos en 2024 y 2025, que también contribuirán al programa Artemis de la NASA. Ispace también ha lanzado un concepto comercial de datos lunares para respaldar a nuevos clientes como una puerta de entrada para realizar negocios en la Luna.
Todo un hito
SpaceX logra atrapar al vuelo el propulsor del Starship por primera vez tras su despegue
En su quinto vuelo de prueba, la compañía lanzó el cohete más grande de la historia y logró recuperar la primera fase del mismo, un hito fundamental en el objetivo de hacer partes reutilizables para futuras misiones.