Meteoritos gigantes impactaron hace 3.400 millones en un océano glacial que cubría el hemisferio norte de Marte, causando tsunamis de 120 metros que inundaron las costas de forma catastrófica. Así lo sugiere una investigación del Planetary Science Institute, que ha localizado dos rastros diferentes de los efectos de estas olas gigantes en la superficie actual del planeta rojo. El estudio se publica en 'Scientific Reports'.

El grupo dirigido por Alexis Rodríguez se concentró en una región en Marte, donde las tierras altas conocidas como Arabia Terra se enfrentan con las tierras bajas de Chryse Planitia, un lugar donde las aguas de un antiguo océano podrían haber formado una costa. Utilizando imágenes de varias naves espaciales en órbita alrededor de Marte, el grupo de Rodríguez identificó dos formaciones geológicas particulares que, según afirman, se formaron durante dos tsunamis diferentes.

La formación más antigua parece revelar como si una enorme ola se hubiera precipitado sobre el borde de una cordillera, dejando caer rocas tan grandes como de 10 metros de diámetro. Entonces, el agua drenó hacia abajo en el océano, dejando canales de corte a través de los restos recién depositado. Después, pasaron millones de años. Las temperaturas cayeron y los glaciares se arrastraron a través del paisaje, labrando valles profundos. Por último, un segundo tsunami generado por impacto se precipitó de nuevo hacia la orilla. "Pero esta vez fue diferente", dice Rodríguez.

Debido a que el clima era mucho más frío, el tsunami se movió sobre el paisaje como un lodo helado. Se congeló antes de que tuviera la oportunidad de integrarse de nuevo en el océano, dejando densos lóbulos de restos congelados en el suelo, informa nature.com. Rodríguez ahora está buscando evidencia de tsunamis en otras partes de Marte, así como análogos de la Tierra que podrían ayudar a entenderlos mejor.

Un área de interés es un grupo de pequeños cráteres cerca de la antigua costa, que podrían haber sido bañadas por el tsunami, y en los que el agua habría quedado atrapada durante millones de años. Tales focos aislados de agua podrían haber sido lugares para la vida en Marte si alguna vez existió allí, dice Rodríguez.