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Y ASÍ ALARGAR SU VIDA

El truco que evitará graves averías en tu coche diésel

Evitaremos visitas al taller y vaciar la cartera.

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Supuestamente el año 2035 va a implicar el fin del coche de combustión tal y como lo conocemos, dejando al eléctrico como única opción plausible. Sin embargo, aún son muchas las marcas las que apuestan por los vehículos gasolina y diésel, así como son muchos los usuarios que recurren a estos vehículos. Así que, con motivos más que suficientes, hoy os traemos un sencillo truco para evitar averías en tu coche diésel: revolucionar el motor.

Bien es cierto que, por norma general, no es bueno revolucionar el motor en exceso, especialmente cuando aún no ha cogido la temperatura óptima. No es mentira, pero existen una serie de escenarios en los que hacer esto resulta beneficioso para los motores de gasóleo.

En busca de que los propulsores diésel se mantengan con vida en los tiempos que corren, las marcas han implantando sistemas como la válvula EGR o el filtro de partículas. Estos sistemas requieren de unas condiciones muy concretas: un alto de régimen de giro, velocidad constante y alta temperatura de los gases de escape.

Los conductores no suelen buscar casi nunca estas condiciones, y las marcas han ideado automatismos para que no sea necesario, pero la ayuda que podemos aportar servirá igualmente para reducir aún más el riesto de avería en motores diésel. Y es por ello que te recomendamos encarecidamente hacer lo siguiente.

Una vez que el motor ha estado en funcionamiento el tiempo suficiente, alcanzando su temperatura óptima de servicio, podemos llevar a cabo una conducción más enérgica, a un ritmo de revoluciones alto. Esto permitirá que se limpien algunos componentes mecánicos y que se regeneren los filtros.

Además también sumamente recomendable, tanto para los propietarios de un coche diésel como gasolina, dejar el motor al ralentí un minuto aproximadamente antes de apagarlo, y más después de haber subido su régimen de giro durante la conducción.

No obstante, debemos evitar revolucionar el motor en exceso mientras el motor esté frío y los líquidos no hayan cogido temperatura ni lubricado los conductos del mismo. Y también es recomendable esperar unos 30 segundos antes de mover el coche y no alargar las revoluciones hasta que la temperatura del aceite sea, aproximadamente, de 90 grados.

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