SIMPLE PERO MUY EFICAZ
El truco definitivo para que las ventosas no se despeguen de los cristales de tu coche
Las ventosas llevan acompañándonos desde hace muchos años: los conductores lo saben, y siguen haciendo uso de ellas para anclar, temporalmente, ciertos accesorios. Sin embargo, que se suelte una ventosa puede ser desagradble, molesto y hasta peligroso
Publicidad
Pese a que nuestros coches han evolucionado de manera más que palpable en los últimos años, lo cierto es que aún a día de hoy son millones los vehículos que cada día circulan por nuestras carreteras con una antigüedad superior a los 10 años. En este tipo de vehículos, como es lógico pensar, los avances tecnológicos no están tan presentes como en los actuales.
Sin embargo, esto no significa que sus conductores tengan que renunciar a disfrutar de toda una serie de sistemas de confort y entretenimiento que, en definitiva, sirven para hacer la vida más fácil a los ocupantes del vehículo. Para ello se pueden utilizar toda una serie de accesorios que se colocan en el interior del coche, haciendo uso casi siempre de uno de los inventos más antiguos, simples pero a la vez efectivos de cuantos tenemos constancia: las ventosas.
Casi la totalidad de los conductores han utilizado en sus coches, al menos en una ocasión, algún accesorio anclado al vehículo con ventosas. De hecho, la mayoría de señales de conductor novel (la típica L blanca sobre fondo verde) se suele colocar en el cristal posterior utilizando un par de ventosas en sus extremos. Las ventosas hacen vacío para así adherirse a una superficie de manera temporal, pero si no las colocamos bien, pueden soltarse y provocar más de un susto al volante.
El truco para que las ventosas no se despeguen nunca más
Desde la mencionada “L” hasta los parasoles, pasando por los típicos accesorios en los que colocar un teléfono móvil, un manos libres o un GPS, las ventosas están muy presentes en el interior de un coche. Sin embargo, no conviene que éstas se suelten, mucho menos que se suelten durante la conducción, ya que se puede generar una situación de riesgo totalmente innecesaria.
Para que una ventosa se adhiera correctamente a la superficie a la que la que queremos unir y sea capaz de aguantar el peso del accesorio que queremos colocar, debemos tener claros dos principios. El primero es la limpieza de la superficie sobre la que queremos “pegar” la ventosa, ya que cualquier resto biológico o de suciedad hará que la ventosa no aguante en su posición. Puedes utilizar agua con jabón o incluso alcohol para limpiar bien el cristal. Además, para que la ventosa se pegue con fuerza, puedes utilizar una pequeña cantidad de crema solar o de manos en la superficie de la ventosa, un truco que hará que la ventosa selle sus bordes e impida el paso de aire de nuevo a su interior, haciendo casi imposible que se suelte.
Publicidad