NUEVO IMPUESTO

Llega un nuevo impuesto para las ZBE impulsado por la Ley de Movilidad Sostenible para los coches con motor gasolina o diésel

La nueva Ley de Movilidad Sostenible permite a los ayuntamientos crear tasas, impuestos o recargos de circulación según las emisiones de cada coche o simplemente por motivos medioambientales.

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La reciente Ley de Movilidad Sostenible abre la puerta a que los ayuntamientos, especialmente en el marco de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), puedan fijar tasas adicionales a la circulación de los vehículos más contaminantes. No es una tasa estatal automática: cada municipio decidirá si la aplica, con qué condiciones y a qué vehículos afecta. Pero abre la puerta a un nuevo impuesto relacionado con aquellos coches con motorizaciones más contaminantes, que son los más antiguos: motores gasolina y diésel.

¿Qué cambia exactamente?

La norma modifica la regulación de las Haciendas Locales para habilitar tasas municipales a los vehículos que superen los límites o categorías máximas que se definan en cada ciudad (por ejemplo, según etiqueta ambiental o niveles de emisiones). Es un instrumento fiscal nuevo para gestionar el acceso y la circulación en áreas de bajas emisiones y episodios de alta contaminación.

Zona de Bajas Emisiones
Zona de Bajas Emisiones | Ayuntamiento de Madrid

Cómo te puede afectar si tu coche es gasolina o diésel

Si tu coche tiene distintivo B o C (o carece de etiqueta), el ayuntamiento podría aplicar una tasa de acceso o circulación dentro de la ZBE, o en determinadas zonas y franjas horarias. La cuantía, exenciones y límites los fijará cada consistorio en su ordenanza fiscal. Ni siquiera está solo limitado a los coches con etiqueta B o C, sino que podrían aplicarse tasas diferentes para vehículos con etiqueta ECO incluso. La puerta queda abierta para que cada consistorio decida.

Claves rápidas sobre el nuevo impuesto de la Ley de Movilidad Sostenible

  • No es automático: cada ayuntamiento decide si implanta la tasa, cómo y cuándo.
  • Enfocado a “los que más contaminan”: se vinculará a límites o categorías (p. ej., etiqueta ambiental). Aunque si se basa en criterios ambientales podría sacarse adelante.
  • Compatible con ZBE y otras medidas: puede coexistir con restricciones de acceso o protocolos por contaminación. No necesariamente tiene que estar limitado a una ZBE, por lo que podría aplicarse incluso en pueblos pequeños o en zonas donde se pueda justificar que se realiza por motivos medioambientales.
  • Finalidad: desincentivar el uso de vehículos altamente emisores donde el aire es más sensible. O simplemente dar una herramienta para poner un nuevo impuesto.
Impuesto de circulación
Impuesto de circulación | Freepik

¿Qué podría incluir la tasa?

La nueva ley permitirá a los ayuntamientos aplicar distintas fórmulas de recargo, como una tasa por acceso a determinadas áreas —ya sea diaria o por franja horaria—, una tasa por circulación dentro del perímetro de las Zonas de Bajas Emisiones para categorías concretas de vehículos, o recargos específicos en episodios de alta contaminación. También se contemplan exenciones y bonificaciones para residentes, profesionales esenciales o vehículos con bajas emisiones, e incluso un suplemento al impuesto de circulación basado en el tipo de vehículo o en sus emisiones de CO₂. Todo eso quedaría dentro de la ambigüedad de la nueva Ley. Pero como decimos, eso no implica que sea de aplicación automática, solo que ahora serán los ayuntamientos de cada municipio los que podrán fijar o no dichas tasas.

¿Cuándo podría aplicarse y cuánto costará?

No hay una tarifa única ni una fecha común para toda España. Dependerá de cada ayuntamiento: deberá tramitar su ordenanza, definir el perímetro, los vehículos afectados, las exenciones y la cuantía. Hasta que eso ocurra, no pagarás nada distinto a lo ya vigente en tu municipio. Aquellos ayuntamientos que ya tuvieran en sus objetivos algo similar podrían empezar a sacar adelante su propuesta ya en el mismo 2026. Lo lógico sería que las grandes ciudades y las ZBE sean el foco de esta tasa. Pero la puerta queda abierta a que cualquier consistorio, con motivos medioambientales, pueda imponer un nuevo impuesto según el tipo de coche que utilicemos.

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