NEUMÁTICOS FLOJOS, CARTERA VACÍA
El error que dispara tu consumo sin que te des cuenta… y se soluciona en 2 minutos
Si las ruedas están bajas de presión, tocan más el suelo, hay más rozamiento y el coche tiene que esforzarse como si arrastrara un muerto.

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Te subes al coche, arrancas y notas que algo no va como siempre: la dirección va rara, las curvas se toman también raras y, cuando llegas a la gasolinera, el depósito está en las últimas antes de lo que esperabas. ¿Qué puñetas pasa? Puede que sea algo tan básico como llevar los neumáticos con menos aire del que deberían. Sí, ese descuido que todos hemos tenido alguna vez te está haciendo gastar más gasolina de lo normal, y ni te das cuenta hasta que te toca rascarte el bolsillo.
El tema es que, si las ruedas están bajas de presión, tocan más el suelo, hay más rozamiento y el coche tiene que esforzarse como si arrastrara un muerto. Los expertos dicen que por cada 0,2 bares menos de lo que toca, el consumo sube un 2-3%. Parece una tontería, pero échale cuentas a un viaje largo o a un mes entero y verás que no es moco de pavo. Todo por no pararte un momento a mirarlo, cuando con dos minutos lo tienes listo. Es el típico error que no ves venir y que te sale caro sin hacer ruido.
¿Cuánto aire necesitan y cómo se arregla?
No hace falta que seas ingeniero para esto. En la puerta del conductor o en la tapa del depósito suele haber una pegatina con la presión exacta que llevan tus neumáticos: normalmente entre 2,2 y 2,5 bares para un coche estándar, aunque cambia según el modelo o si vas cargado hasta arriba. Si no la ves, el manual del coche te lo chiva, y si no, San Google. No te fíes del ojo, porque una rueda puede parecer estar bien y estar floja; mejor usa el manómetro de la gasolinera o uno barato de ferretería.
Arreglarlo es coser y cantar: vas a la gasolinera, enchufas la manguera, compruebas la presión y la ajustas "en un plis". Dos minutos de reloj y te quitas el problema de encima. Hazlo con las ruedas frías,que si están calientes de rodar la presión se dispara y no te dejarás la presión exacta. Es tan fácil que da rabia pensar en la pasta que te has dejado por no hacerlo antes. Un par de minutos y tu coche irá como la seda y gastando lo justo.
Más que gasolina: lo que te juegas
No es solo por ahorrar combustible, que con los precios de 2025 ya es razón de sobra. Unos neumáticos con poca presión se comen antes por los lados, te dan menos agarre en curvas o con lluvia y, si te despistas mucho, hasta te pueden dejar tirado con un reventón. Además, el coche va más forzado, y eso le pasa factura al motor y a la suspensión con el tiempo. Es como si le metieras un extra de trabajo sin avisar: al final, todo se resiente.
Así que no dejes las ruedas para cuando estén más peladas que un melocotón. Antes de un viaje o cada mes, échales un vistazo y ponlas a punto. Que no te pase como a tantos, que se dan cuenta tarde y luego toca apoquinar en gasolina y en el taller por un despiste de nada. Dos minutos te salvan el consumo, el coche y la tranquilidad. No hay excusa: para, infla y a disfrutar de la carretera sin que te sangren el depósito.
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