Éxtasis. Ganar el Gordo de la Lotería es un sueño que se presenta tan lejano que el simple hecho de imaginarse con un décimo ganador haría que le temblaran las piernas a cualquiera. Éxtasis es una buena palabra para acercarse a la emoción del momento: nuestro estado de exaltación máximo, una pastilla concentrada de alegría que te permitiría descorchar una botella de cava casi con la mente. “A la mierda el trabajo”, podría pensar alguno que otro. Te ha tocado la lotería. Formas parte del selecto club del 0,000001% que se ha hecho con el billete dorado.
El hecho de haber ganado el sorteo más importante del año tiene un efecto directo e indiscutible en nuestra salud financiera. Desde los famosos “agujeros” a tapar, hasta la compra de un coche de lujo: el límite y la autogestión del dinero (que, como ya explicamos, no es infinito) depende de cada uno. No obstante, hay factores que podrían no tenerse en cuenta. Y uno de ellos es la influencia que ejerce un acontecimiento como este en las personas que te rodean. Hay evidencia detrás de esto: cuanto más gastes tú, más lo harán los demás.
Cómo la suerte de unos puede transformarse en deudas para otros
En 2018, una colaboración conjunta entre la Universidad de Georgetown, en Estados Unidos, y la Universidad de Alberta, en Canadá —coordinada por el Banco de la Reserva Federal de Filadelfia—, desgranó las consecuencias económicas derivadas de diversos años de victoria en sorteos de lotería. El estudio, publicado en Oxford Academic, deja consigo una conclusión llamativa: “La magnitud de una lotería ganada por un vecino aumenta los préstamos posteriores y quiebras entre otros vecinos”.
Según los conductores de la investigación, “las elecciones de consumo de un individuo pueden verse influidas por las elecciones de consumo de sus compañeros”. Es una tendencia tan consolidada que la lengua inglesa recoge una expresión que la parodia: Keeping up with the Joneses (en español, estar al día con los Jones). Básicamente, es un latiguillo que describe la imperiosa necesidad que tienen algunas personas de equipararse con sus vecinos, de demostrar que su estatus social es alto. Hasta hay una película de comedia, con el mismo título, que bromea con cómo las apariencias engañan.
El estudio también hace referencia a otro término común en el ámbito de la Sociología: el consumo conspicuo. En este caso, “los individuos tienen como objetivo señalar su estatus consumiendo bienes más caros”, apunta la investigación. Un hecho que se potencia con el aumento del consumo de ese vecino al que le ha tocado, por ejemplo, el Gordo de la Lotería de Navidad.
Los tres factores que influyen en la posible quiebra del vecino
“Los premios de lotería aumentan la angustia financiera de los allegados que no ganan”, asegura el documento. En esta línea, las decisiones tomadas por los vecinos de los ganadores de la lotería derivan en “dificultades financieras”. Dichos problemas económicos, según el estudio, se deben a tres factores: el aumento del gasto conspicuo —por ejemplo, el texto hace referencia a otro estudio previo en el que se concluyó que, cuando alguien gana la lotería, aumenta la compra de coches en todo el vecindario—; “una mayor asunción de riesgos financieros”, y el incremento de las deudas —según el estudio, “cuanto mayor sea el tamaño de la lotería ganada en el vecindario, mayor será el aumento subsiguiente del crédito”—. Es decir, los vecinos, pese a estar en una situación “relativamente menos acomodada”, tienden a acumular deudas insostenibles.
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La investigación cruzó una lista de personas que habían obtenido más de 1.000 dólares canadienses en la lotería entre los años 2004 y 2014 (7.377 premios), y los datos financieros de las personas que vivían en el mismo código postal (en total, unos 200 hogares). Según el estudio, en un margen de cinco años el porcentaje de bancarrotas después de que tocara la lotería en el vecindario ascendió en un 6%. La provincia de Canadá seleccionada no fue publicada para proteger la identidad de los que han formado parte del estudio.