Vox no cejará en su empeño de entrar en el Gobierno de Extremadura. Ahora que la candidata del PP a presidir Extremadura, María Guardiola, rebaja el tono con la extrema derecha tras las presiones quele llegaron desde Génova y pretende volver a encauzar las conversaciones para no perder la oportunidad de gobernar, los de Santiago Abascal se ven en disposición de seguir exigiendo entrar en ese hipotético gobierno.

Los volantazos que ha dado Guardiola desde que rechazó de lleno la entrada de Vox en el gobierno extremeño hasta ahora, que dice que es "imprescindible" el diálogo y el acuerdo con Vox en la región, dan alas a la ultraderecha a la hora de retomar estas negociaciones.

La estrategia de la 'popular' era arriesgada y se dio cuenta desde el principio, pero afirmó con vehemencia que no faltaría a su palabra: "Yo no voy a traicionar mi palabra por ser presidenta a toda cosa, si yo solamente pensara en mí, que es lo que están haciendo el resto de partidos, hubiera sido 'cojo la presidencia y ya veremos en cuatro años'". Decía entonces que le importaban más los extremeños y su tierra que los sillones,e incluso Feijóo llegó a respaldar ese veto a Vox, y se justificaba el líder del PP en que el resultado de la extrema derecha en la región había sido "más modesto" que en otros territorios, como la Comunitat Valenciana, donde Vox si entra en el Ejecutivo.

"Yo no puedo dejar entrar en el Gobierno a quienes niegan la violencia machista". "No puedo dejar entrar en gobierno a quiénes usan el trazo gordo, a quiénes están deshumanizando a los inmigrantes, y a quiénes despliegan una lona y tiran a una papelera la bandera LGTBI". "Quieren sentarse en el Consejo de gobierno para hablar de ideología. Ellos lo único que quieren son sillones. Es mentira que quieran el cambio". "Va a hacer falta que Vox que me apoye, no va a hacer falta que Vox entre en el gobierno".

Insistía Guardiola, incluso llegando a confirmar que antes de pactar un gobierno con Vox iría a elecciones, mientras los barones autonómicos del PP temían que esta postura pudiesenllegar a contaminar las negociaciones con los de Abascal en sus territorios.

Esa intranquilidad por si se desestabilizan las relaciones con la ultraderecha en aquellos lugares en los que necesitan a Vox, porque sí, Feijóo ha reconocido que los "necesitan"; ese temor a necesitarlos tras las elecciones generales del 23J y llevar el lastre de Extremadura a las futuras negociaciones, se ha terminado traduciendo en presiones a Guardiola.

En el PSOE resumen así el giro de Guardiola: "Cuando se da cuenta de que puede perder el sillón, dice claramente: 'Miren, que mis principios no son tantos y si no les gustan tengo otros'", dice Pilar Alegría.

Mano tendida de Vox para conformar una alternativa "no solo programática"

Lo cierto es que ahora, con los mareos del PP, Vox seguirá pidiendo entrar en el gobierno, no va a dar marcha atrás en eso. El líder de la formación, Santiago Abascal, insiste en que "quien quiere pactar" con ellos debe "respetar" a sus votantes y la "fuerza decisiva" que son en Extremadura y en "otros muchos lugares de España".

"La candidata del Partido Popular en los primeros compases posteriores a las elecciones no sólo insultó a Vox y a lo que sienten sus votantes, sino que dijo que estábamos obligados a entregar el voto, y eso es algo absolutamente imposible", ha dicho Abascal. Tienden así la mano "para conformar esa alternativa, no sólo programática", dice el secretario general de Vox, Ignacio Garriga.

Este mismo martes, cuando la presidenta de la Mesa inicia la ronda de consultas con los portavoces de los grupos para buscar candidato, el diputado de Vox en la Asamblea de Extremadura, Ángel Pelayo Gordillo Moreno, ha apuntado que se sentará a escuchar las propuestas de la presidenta del PP extremeño "sin límites" ni "limitaciones previas", pero también pondrá sobre la mesa sus "justísimas, sensatas, razonables y asumibles" reivindicaciones.

Las negociaciones marchan en Baleares

Otro de los puntos calientes, en cuanto a las negociaciones PP-Vox se refiere, están en Baleares. Según ha podido saber laSexta, el negociador de Vox, Kiko Méndez-Monasterio, viaja este martes a las islas para negociar la investidura de Marga Prohens. La candidata 'popular' se había mantenido diciendo que la extrema derecha no iba a entrar en su Gobierno, después de haber entregado a Vox la presidencia de las Cortes, pero también insistía en que había que seguir negociar con ellos.

Así, el de Baleares podría ser el único caso en el que tras las negociaciones Vox no entre en un gobierno autonómico, pero está todo abierto. Fuentes de Vox a la cadena dicen que la negociación en Baleares implica ser "imaginativos" y podría quedar en acuerdo programático y otras fórmulas como direcciones generales.