El laberinto del Minotauro forma parte de la mitología griega. Se trata de un laberinto que habría sido construido por el famoso arquitecto y artesano Dédalo para esconder una criatura monstruosa: el Minotauro. La creencia sobre la existencia del laberinto del Minotauro tiene su base en el palacio de Cnosos, que se encuentra en la isla griega de Creta. Hay datos que apuntan a que el primer asentamiento en esa zona se estableció hacia el año 7.000 a.C., durante el periodo neolítico. Después, la civilización minoica, gracias a su desarrollo económico, social y político pudo construir el majestuoso Palacio de Cnosos hacia finales del segundo milenio antes de Cristo. Se trata de una construcción muy sofisticada en la que se han catalogado hasta 1.500 salas o habitaciones diferenciadas.

El palacio contaba con todas las mejoras conocidas por la tecnología de entonces (incluyendo un sistema de alcantarillado). El hecho de que en el palacio de Cnosos se hallaran multitud de dibujos de hachas bicéfala, que en griego se llaman 'labrys', y que habrían dado nombre a la construcción, hacen que esta teoría tenga más fuerza de que sea el origen de la historia del Laberinto del Minotauro. La palabra laberinto proviene del griego "labýrinthos".

No obstante, el laberinto mitológico también podría tomar como referencia alguna de las cuevas de Creta como la cueva de Gortina, la de Arkalojori o la de Escoteino, así como las danzas que se celebraban en las islas egeas en las que los danzantes recorrían un trazado laberíntico de la mano.

Qué es el laberinto del Minotauro

Para explicar qué es este mito empezaremos por contar quién es el Minotauro. El Minotauro era hijo de Pasífae, esposa del rey Minos de Creta. La reina Pasífae se acostó con un toro enviado por Zeus y dio a luz a Minotauro, que era una criatura mitad hombre y mitad toro. Ante estos hechos, el rey Minos se sintió avergonzado, pero decidió no matar al Minotauro, sino que lo escondió en el laberinto construido por Dédalo en el palacio minoico de Cnosos. Según el mito, a partir de ese momento, Minos encerraba a todos sus enemigos en el Laberinto para que el Minotauro se los comiera. El laberinto era una construcción tan complicada que nadie podía encontrar la salida con vida.

Androgeo, el hijo de Minos, fue a Atenas para participar en los Juegos Panaténicos, pero el Maratón el toro que embarazó a su madre Pasífae lo mató. Minos se enfureció y exigió a Egeo, rey de Atenas, que cada año enviara siete hombres y mujeres al Minotauro para revertir la plaga causada por la muerte de Androgeo. Al tercer año, Teseo, hijo de Egeo, decidió ser uno de los siete jóvenes que irían a Creta. Su idea era matar al Minotauro y acabar con los sacrificios humanos al monstruo. El rey Egeo intentó hacerle cambiar de opinión, pero Teseo estaba decidido.

Teseo le prometió a su padre que al volver a Creta pondría velas blancas en el barco y así podría saber de antemano que volvía con vida. El barco volvería con las velas negras si era asesinado. Así, Teseo anunció al rey Minos que iba a matar al Monstruo, pero este sabía que, aunque consiguiera matar al Minotauro, nunca podría salir del intrincado Laberinto construido por Dédalo.

Teseo conoció a la princesa Ariadna, hija del rey Minos, quien se enamoró de él y decidió ayudarle. Le dio un hilo y le dijo que lo desenredara según se adentrara en el Laberinto, para que pudiera saber por dónde salir cuando matara al monstruo. Así lo hizo Teseo, quien consiguió matar al Minotauro, salvar a los atenienses y, con el hilo de Ariadna, encontrar el camino de salida.

Teseo abandonó la isla de Creta con la princesa Ariadna para regresar a Atenas, pero hicieron una parada en la isla de Naxos donde celebraron una fiesta dedicada a la pareja. Ariadna se quedó dormida en la orilla y nadie se dio cuenta de que ni había embarcado. Cuando Teseo notó que no estaba con ellos ya era demasiado tarde y estaba tan disgustado que olvidó la promesa hecha a su padre de poner velas blancas.

Existe una versión diferente del mito dice que Teseo dejó deliberadamente a Ariadna en Naxos. De hecho, hay múltiples versiones que tratan de explicar por qué Teseo dejo a Ariadna en Naxos. Su padre, el rey Egeo que estaba esperándole en el cabo Sounion para ver las velas del barco, vio las velas negras y supuso que Teseo estaba muerto. Se suicidó arrojándose al mar, y desde entonces se llama Mar Egeo.