Jugar a las cartas es un pasatiempo muy divertido, que además se puede disfrutar tanto en compañía como cuando se está solo. En estos casos, el juego ideal es el solitario. Basta con tener una baraja de cartas españolas y la intención de pasar un buen rato.
El origen de este juego de cartas tan famoso, en el que el rival eres tú mismo y la suerte, no está muy claro. La teoría más apoyada sostiene que el solitario lo diseñó un aristócrata francés durante su encierro en La Bastilla, en primera mitad del siglo XVII.
Parece que el primer documento en el que aparece alguien jugando al solitario es un grabado francés que representa a Anne-Joulie de Rohan-Chabot (1648-1709), princesa de Soubise. No obstante, en esta versión, el juego representado es una modalidad del Solitario conocida como Solitario Noble o del Noble (y en inglés como Peg Solitaire) que se juega sobre un tablero con clavijas y que podría ser el precursor del juego de las cartas españolas.
Cómo se juega al solitario con la baraja española
Se puede jugar al solitario con la baraja española y con la de póker. En este caso nos centramos en las cartas españolas y diremos que existen diversas maneras de jugar. Nosotros vamos a ver aquí el solitario clásico cuyo objetivo es ordenar las cartas de forma ascendente, es decir: A, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, J, Q y K.
Se colocan todas las cartas boca abajo y se sacan de dos en dos (dejando visible solo una) hasta que aparezca el as de cualquier palo. Cuando lo veas, cógelo y ponlo en la mesa. Desde que está el as en su sitio se pueden ir colocando el resto de números de ese palo según vaya saliendo.
Algo muy importante de este juego es que se pueden mover las cartas de las diferentes columnas. Así podremos ir descubriendo las cartas que están boca abajo. Si la carta que necesitamos para completar nuestro palo tiene otras encima, tendremos que moverlas juntas, de una columna a otra.
Cuándo termina un solitario
Si has podido ordenar toda la baraja por palos o llega un momento en el que no puedes seguir avanzando, la partida ha terminado. Lo cierto es que no siempre podrás ordenar todas las cartas porque depende de la suerte y de si cometes algún error. Lo que es seguro es que el tiempo habrá pasado sin enterarte.