Unas 55.000 personas en España padecen esclerosis múltiple, una enfermedad neurológica y autoinmune que afecta al sistema nervioso central y que en los últimos cinco años ha aumentado un 20%. De hecho, al año aparecen unos 2000 nuevos diagnósticos en la población española.

¿Pero cuáles son sus causas y factores de riesgo? ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Cómo avisa esta enfermedad que afecta fundamentalmente a mujeres (en una proporción de 2-3 casos por cada hombre)?

Se desconoce cuáles son las causas de la esclerosis múltiple pero lo que sí se puede afirmar es que se trata de una enfermedad multicausal, en la que los factores genético sumado a ciertos factores de riesgo son claves para su aparición.

Para desarrollar la enfermedad es necesario que "haya una conjunción de factores genéticos y de factores ambientales. De ambos a la vez, no sólo uno", afirma a Sexta.com la Dra. Ana Belén Caminero, coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Desmielinizantes de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Es decir, en la esclerosis múltiple hay una importante predisposición genética, de hecho "no podemos decir que sea una enfermedad hereditaria pero sí es cierto que las probabilidades de desarrollar la enfermedad son mayores si hay antecedentes familiares", añade la neuróloga. Pero también han de existir otros factores.

Factores de riesgo de la esclerosis múltiple

Sí, bajo esa base genética, debe haber otros otros factores (algunos serían modificables) que han demostrado científicamente aumentar el riesgo de enfermedad, asegura la doctora Caminero. Todos estos factores son:

  • Virus Epstein-Barr (causante de la mononucleosis), tal como se mostró en un estudio de 2022. El 100% de los pacientes con esclerosis múltiple ha tenido esa infección pero esto no quiere decir que por haber tenido la infección vayamos a desarrollar la enfermedad". En este artículo lo explicaban expertos de la SEN.
  • Fumar: mayor riesgo de enfermedad, a mayor consumo de cigarrillos.
  • Menor exposición a radicaciones ultravioleta y niveles bajos de vitamina D.
  • Trabajar a turnos: mayor riesgo cuando más años se esté en esta situación.
  • Obesidad: en la infancia y adolescencia, desarrollarla antes de los 20 años.
  • Tener una mala microbiota intestinal.

Por otro lado lado, esta misma semana, se ha publicado un estudio sueco en la revista Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry, en el que asocian la falta de sueño en la adolescencia con un mayor riesgo de tener esclerosis múltiple en la edad adulta. De forma más concreta subrayaban que aquellos que dormían poco y reportaban peor calidad de sueño tenían un riesgo 40 veces mayor.

Pero el trabajo, aun bien planteado y diseñado, tiene ciertas "limitaciones" para poder incluir la falta de sueño como un factor de riesgo de esta enfermedad, según las declaraciones realizadas por varios expertos en Science Media Centre España. Se necesitaría aún más investigación sobre todo esto.

"Son realmente estudios epidemiológicos muy bien planteados en los que puedes hacer una asociación (en este caso el sueño que podría estar también relacionado con la melatonina, tal como se asocia en el trabajo a turnos) pero no podemos hacer una asociación causa-efecto. De momento, se necesita mucha más investigación al respecto", insiste también la doctora Caminero.

Por tanto, el aumento de las cifras de esclerosis múltiple, según expone esta experta, se debe fundamentalmente a las mejoras en las técnicas diagnósticas que hacen detectar mejor y más rápido la enfermedad. Pero también a "los cambios de vida y a una mayor exposición a los diversos factores ambientales a los que se ha asociado esta enfermedad". No obstante y pese a todo, "aún no se ha podido determinar qué es lo que provoca su aparición".

Conocer los síntomas para tener un diagnóstico precoz

Una vez conocidos los posibles factores que están detrás (o pueden estarlo) del desarrollo de la esclerosis múltiple es importante diagnosticarla cuanto antes, en el caso de tenerla.

Para que así, también cuanto antes, poder empezar un tratamiento personalizado que mejore los síntomas y ralentice el progreso de enfermedad. Porque aunque la esclerosis múltiple no tiene cura, sí existen tratamientos farmacológicos y terapias rehabilitadoras efectivas para estos fines.

Por tanto, y para diagnosticar la enfermedad lo antes posible, es clave conocer cuáles son los síntomas que pueden avisar de ella: los primeros síntomas suelen aparecer entre los 20 y los 40 años. Y existe una gran variedad de síntomas dependiendo de la parte afectada en el sistema nervioso central.

Tal como explica la SEN, "la esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune caracterizada porque se daña o destruye la mielina (la capa que recubre las fibras nerviosas) produciendo problemas de comunicación entre las neuronas".

Así y como explicaba a laSexta.com el neurólogo, Dr. Lluís Ramió i Torrentà, los síntomas más comunes que suelen aparecer y que pueden avisarnos de la aparición de la enfermedad serían los siguientes: problemas de visión, hormigueos y pérdida de sensibilidad en brazos y piernas, pérdida de fuerza y agilidad; y problemas de coordinación y de equilibrio. Y estos además suelen aparecer de forma progresiva, a lo largo de varias semanas.

Igualmente y como señalan también desde la SEN, debemos tener en cuenta la variabilidad de síntomas de esta enfermedad "que puede ocasionar multitud de síntomas neurológicos, que van desde alteraciones del equilibrio o pérdida de sensibilidad o fuerza en las extremidades, hasta la pérdida de visión".

Por ello tener un diagnóstico precoz es fundamental, ya que así podremos iniciar cuanto antes un tratamiento efectivo, porque sí, gracias a la investigación, existen tratamientos cada vez más efectivos para controlar más y mejor la enfermedad