Hay palabras que solo suenan en verano: ola de calor, cómo sobrevivir a las altas temperaturasy por supuesto, corte de digestión. Pero ¿es realmente cierto el corte de digestión o es un mito de cada verano que hemos oído toda la vida en boca de nuestros abuelos o de nuestros padres? ¿Realmente, hay que esperar dos horas antes de bañarnos después de comer?
El corte de digestión no existe. Pero maticemos. “El corte de digestión es un término poco afortunado puesto que en realidad no es en sí mismo una parálisis del proceso de la digestión de los alimentos sino que es una reacción corporal a los cambios bruscos de temperatura que se produce, entre otras situaciones, al sumergirnos en el agua”, explica a laSexta el Dr. Gregorio Jesús Palacios Garcia-Cervigon, especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Fundación Alcorcón (HUFA).
No es en sí mismo una parálisis del proceso de la digestión de los alimentos sino que es una reacción corporal a los cambios bruscos de temperatura
Y este tipo de reacción se denomina hidrocución o shock termodiferencial. Por lo que el término más correcto no sería corte de digestión sino hidrocución o shock termodiferencial.
También en este artículo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) se explica que “desde el punto de vista médico, el mal llamado corte de digestión es una fábula, una invención provocada por la errónea asociación realizada por el saber popular entre sus causas y sus efectos. Lo que realmente ocurre es un cuadro de hidrocución, término médico que describe una diferencia brusca de temperatura, un shock, que puede provocar un síncope por el contacto brusco de la piel y las vías respiratorias con el agua fría”.
Síntomas y causas
Según detalla el doctor Palacios, los factores conocidos que favorecen esta situación de hidrocución o shock termodiferencial serían los siguientes: sumergirnos en aguas muy frías si venimos de tomar el sol durante mucho tiempo y tenemos el cuerpo muy caliente, o bien si hemos realizado ejercicio físico muy intenso y nos sumergimos rápidamente en el agua fría.
“También puede darse si nos sumergimos poco tiempo después de comer en pleno proceso de digestión, cuando el flujo sanguíneo está destinado fundamentalmente a este proceso, lo que hace que el cerebro se adapte peor y ponga en marcha más lentamente los mecanismo reflejos para adaptarse a estos cambios bruscos de temperatura”, indica. Por lo que este doctor, sí recomienda esperar un tiempo a meternos al agua después de comer.
No hay un límite de tiempo exacto recomendado para poder iniciar el baño después de la comida, es recomendable dejar pasar un tiempo. Todo estará en función del tipo y cantidad de comida
“No hay un límite de tiempo exacto recomendado para poder iniciar el baño después de la comida, es recomendable dejar pasar un tiempo, al menos para que el proceso de la digestión esté avanzado. Todo estará en función del tipo y cantidad de comida. En comidas frugales o más ligeras puede ser menos de 1 hora, pero en comidas pesadas, con alto componente en grasas se debería esperar al menos 1 hora, e incluso llegar a las 2 horas”, recomienda el experto.
Este proceso de hidrocución o shock termodiferencial, explica el doctor, se produce por mecanismo reflejo una disminución del flujo sanguíneo cerebral que da lugar a los síntomas característicos. "Y puede darse con más facilidad en personas con trastornos cardiovasculares, que toman determinados medicamentos o que hayan bebido alcohol o que tengan determinadas enfermedades neurológicas”, aclara.
En cuanto a los síntomas, los más habituales serían la sudoración, náuseas, vómitos y mareo con visión borrosa. "El síntoma más grave es la pérdida de conciencia, lo que puede dar lugar a la muerte por ahogamiento si estamos en el agua".
Cómo evitar el 'corte de digestión'
Para evitar este tipo de reacciones se deberían controlar los factores que he mencionado antes. Esto es, “si nos sumergimos en aguas frías, hacerlo muy despacio, de forma progresiva; también evitar meternos en el agua inmediatamente después de hacer un ejercicio intenso y dejar pasar al menos una hora y media o dos tras la comida, sobre todo si la comida ha sido copiosa”, sostiene Palacios.
Por su parte, y tal como expone en el artículo antes mencionado de SEMERGEN el Dr. Ángel Jimeno Aranda, miembro de esta sociedad científica, “la recomendación es evitar los factores de riesgo extremo y, sobre todo, no entrar de golpe al agua. A pesar del calor, es mejor estar un tiempo a la sombra para que la temperatura del cuerpo baje por si sola y, de esta manera, evitar el cambio brusco de temperatura”.
Si no entramos de golpe al agua y lo hacemos siempre de forma muy progresiva, no hará falta esperar dos horas para bañarnos después de comer
Además, insiste Jimeno en la importancia de no entrar de golpe al agua y hacerlo siempre de forma progresiva, pues de esta forma “no vamos a tener que cumplir con la recomendación de esperar dos horas a bañarnos después de comer: “Lo mejor es introducir poco a poco los pies y tobillos e ir refrescando partes del cuerpo como los brazos, la nuca o la barriga”.
Cómo actuar ante un 'corte de digestión'
Hay que matizar que el cuadro de hidrocución o shock termodiferencial también puede producirse al pasar de forma brusca de un ambiente de altas temperaturas a un ambiente de bajas temperaturas, pero "esta reacción es menos frecuente que cuando nos sumergimos en el agua", apunta Palacios.
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En el momento en que ocurra y empecemos a notar los síntomas cuando estamos dentro del agua, es importante o recomendable "estar siempre acompañado en el momento del baño y solicitar ayuda en el momento de experimentar los síntomas (mareos, sudoración....). Hay que sacar rápidamente del agua al bañista, y tumbarlo en el suelo con las piernas levantadas, colocando ropa en el cuerpo. Posteriormente, se procederá a la rehidratación oral y poco a poco irá mejorando la sintomatología hasta la recuperación completa", concluye.