La cistitis es la infección urinaria o del tracto urinario más frecuente en las mujeres, tanto así que se calcula que hasta el 50% de las mujeres tendrá al menos un episodio de cistitis a lo largo de su vida. Es muy frecuente en verano y de hecho se considera algo así como una de las "enfermedades más comunes del verano"; pero sin duda puede aparecer en cualquier momento del año. La reina Sofía se encuentra ingresada en la Clínica Ruber Internacional por "una infección del tracto urinario", según han detallado fuentes de Casa Real.

Tan frecuente son estos episodios en las mujeres que de acuerdo con los datos expuestos por la Asociación Española de Urología (AEU), se consideran cistitis o infecciones urinarias de repetición cuando se tienen 2 o más episodios en los últimos 6 meses o más de 3 en el último año o 12 meses, algo que puede ocurrir hasta en el 30% de las mujeres.

Algunos de los factores de riesgo que influyen en su desarrollo son, tal como enumera la prestigiosa Clínica Mayo: tener cálculos renales o de vejiga ; cambios en los niveles de estrógeno durante la menopausia; problemas en la forma o el funcionamiento de las vías urinarias y factores hereditarios.

Tal como explicaba a laSexta.com la Dra. Lucía Osorio, del servicio de Urología del Hospital HM Rosaleda de Santiago de Compostela, dentro de todas las infecciones de orina que existen, la cistitis es aquella infección que afecta a la vejiga y se produce fundamentalmente, como consecuencia de la llegada y colonización de bacterias a la vía urinaria".

Y esa colonización -añadía la experta- se produce de forma ascendente por la uretra (el conducto a través del cual orinamos) y la uretra, por cuestiones anatómicas, en las mujeres es más corta que en los hombres; por ello la cistitis (y en general, la infecciones de orina) es más frecuente en las mujeres.

Cuáles son los síntomas y el tratamiento de la cistitis

Los síntomas más frecuentes de esta infección de orina, tal como explica la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) son los siguientes: disuria (escozor o ardor al orinar); polaquiuria (necesidad de orinar más frecuente); sensación de no haber vaciado suficientemente la vejiga tras terminar de orinar; molestias y dolor en la parte baja del abdomen; fiebre y malestar en general.

"Si la infección progresa ascendentemente por la vía urinaria puede llegar a producir infección en el riñón, pudiendo dar lugar a la conocida como pielonefritis", tal como explican desde SEMERGEN. Es por ello que se recomienda tratar la infección cuanto antes y acudir al médico ante los primeros síntomas.

La gran mayoría de estas infecciones, explica la doctora Osorio, se tratan con antibióticos que serán pautados y prescritos por un profesional, porque debemos realizar el cultivo correspondiente. Asimismo, tal como añaden los médicos de primaria, "en función de las características de cada paciente y atendiendo a los resultados de esos cultivos previos será más recomendable un antibiótico u otro". Por ello es importante no automedicarnos y seguir el consejo profesional. Más aún cuando se trata de antibióticos.

Por último y en cuanto a los hábitos de vida o higiene, algunos de los siguientes pueden reducir el riesgo de infecciones de orina o de vejiga, tal como exponen desde la Clínica Mayo: beber mucha agua, orinar con frecuencia, en especial cuando sientes la necesidad (es decir, no aguantar las ganas); limpiarse de adelante hacia atrás después de orinar o defecar y hacer pis antes y después de tener relaciones sexuales.

También es importante, llevar una dieta equilibrada y evitar el estreñimiento y sobre todo en verano, evitar cambios bruscos de temperatura y evitar estar mucho rato con el bañador mojado o húmedo. Sin embargo, y como aconsejaba la doctora Osorio, "la mejor forma de evitar las infecciones de orina es aumentando la ingesta de líquidos lo suficiente, sobre todo agua, (siempre que no esté contraindicado) como para producir 2 litros de orina en 24 horas".