Desde hace algunos años, la evidencia científica ha demostrado que llevar una dieta saludable rica en ácidos grasos omega 3 es beneficioso para el corazón. Ahora, un nuevo estudio dirigido por investigadores del Karolinska Institutet (Suecia) y publicado en la revista 'Circulation' sostiene que el pescado azul sería beneficioso, aún más, para las personas con parientes cercanos que hayan sufrido enfermedades cardiovasculares, esto es, para personas con antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares.

Dentro del pescado azul, incluimos pescados como: salmón, caballa, arenque y las sardinas. Todos ellos contiene los ácidos grasos omega-3 ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA). que son importantes para muchas de las funciones del organismo, pero no pueden ser producidos por éste y por ello, deben obtenerse a partir de la dieta. Numerosos estudios han demostrado que es importante que todo el mundo siga una dieta que contenga omega-3.

Tanto es así que según las recomendaciones nutricionales, incluidas las del patrón de dieta mediterránea, es importante consumir 4 raciones de pescado azul a la semana y que al menos 1 o 2 de ellas, sean de pescado azul, precisamente por ese alto contenido en ácidos omega 3.

Ahora, un amplio estudio internacional demuestra que es probable esto sea especialmente importante para las personas con antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares, como las cardiopatías coronarias mortales y no mortales, la angina inestable, el infarto de miocardio y la parada cardiaca, y el infarto cerebral (ictus).

"Las enfermedades cardiovasculares son hasta cierto punto hereditarias, como demuestran los estudios de gemelos, pero ha sido difícil identificar los genes que las controlan. Por tanto, una hipótesis sólida es que se trata de una combinación de genética y medio ambiente", afirma la investigadora principal del estudio, Karin Leander, catedrática y profesora asociada de epidemiología del Instituto de Medicina Ambiental, Unidad de Epidemiología Cardiovascular y Nutricional, Karolinska Institutet.

Antecedentes familiares con enfermedades cardiovasculares

Para la investigación, la profesora Leander y sus colegas, investigadores examinaron el efecto de la interacción entre los antecedentes familiares y la ingesta alimentaria, reuniendo datos de más de 40.000 personas sin enfermedades cardiovasculares y durante el periodo de seguimiento, casi 8.000 de ellas sufrieron una enfermedad cardiovascular.

Así, en su análisis, los investigadores pudieron demostrar que quienes padecían enfermedades cardiovasculares por parte de un familiar cercano, como un padre o un hermano, y además tenían niveles bajos de los ácidos grasos omega-3 EPA/DHA, presentaban un riesgo mayor de enfermedad cardiovascular de más del 40%. El riesgo elevado para los que "solo" tenían enfermedades cardiovasculares en la familia cercana era del 25%.

Así, y según explica la directora de esta investigación, "el estudio sugiere que las personas con antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares tienen más que ganar si consumen más pescado azul que los demás".

Para ello, se midieron los niveles de EPA/DHA de todos los participantes en el estudio y dado que estos ácidos grasos no pueden producirse en el organismo, los niveles son una medida fiable de la ingesta dietética de pescado azul, tal como indica Leander: "El hecho de que las mediciones de ácidos grasos en sangre y tejidos sean objetivas, a diferencia de los datos autodeclarados sobre hábitos alimentarios, es una ventaja importante".

No obstante, y a pesar de tratarse de un estudio observacional en un ámbito en el que ya existen multitud de ensayos clínicos aleatorizados, estos hallazgos representan un conocimiento "completamente nuevo", finaliza la experta.